LA VOZ DEL ELAIOS SE CONFITA Por Carmen Bosqued

¿UNA EXPERIENCIA? NEGATIVO, 22 EXPERIENCIAS. ¿UN PUNTO DE VISTA? CASI, 22 PUNTOS DE VISTA. NO ES UN CONFINAMIENTO, SON 22 CONFINAMIENTOS. NO ES UN PERIÓDICO, SON 22 PERSONAS QUE COMPARTEN LOS LATIDOS DE SU CORAZÓN POR UN PROPÓSITO: INFORMAR. Y ESO PRECISAMENTE ES LO QUE VAN A HACER, INFORMAR Y CONTARNOS PERSONALMENTE COMO HAN PASADO ELLOS ESTE ACONTECIMIENTO MUNDIAL A DISTINTO TIEMPOS.

Begoña Campo: «Cada año un confinamiento, por favor. Es una situación ideal. No salir de casa, no ver a tu familia, ni a tus amigos, ni a tus alumnos, ni a tus compañeros de trabajo. Levantarte por la mañana con 50 correos que corregir, dar clase en videollamadas que se cortan. Sentir que hablas a la nada. Irte a la cama con dolor de espalda después de todo el día sentada delante del ordenador. Y así un día y otro y otro más. No puedo imaginar nada mejor.» 

Olga Felipe: «El confinamiento lo he vivido con sentimientos encontrados. En lo más personal y familiar, he sido una privilegiada, que ha pasado el encierro en una vivienda con jardín, rodeada de mi toda mi familia más cercana, disfrutando del aire libre y de actividades familiares recuperadas; por contra, el terreno profesional ha sido bien diferente. La pandemia me ha dejado lo más desagradable de mi profesión ( las correcciones y la burocracia), llevándose lo que de verdad me llena: el trato directo con alumnos y compañeros y la satisfacción de enseñar algo a los primeros. A ello hay que añadir un profundo sentimiento de tristeza, por la enormidad de lo ocurrido, de preocupación por mi madre, persona de riesgo y de incertidumbre, por el futuro que se avecina y que solo podemos vislumbrar. Para terminar, el estrés, ese bichito que va creciendo dentro de uno hasta que llega un momento en que no se puede controlar, ha hecho mella en mí hasta extremos preocupantes, sobre todo en estas últimas semanas. Las causas fundamentales han sido las contradictorias y absurdas instrucciones de nuestras autoridades educativas y mi dificultad de manejo de las nuevas tecnologías, que he me ha obligado a hacer y rehacer durante horas… El balance ha sido claramente negativo. ¡Qué venga cuanto antes la normalidad!, que no debe confundirse con el terrorífico oxímoron eufemístico de “nueva normalidad.”»

Víctor Bravo: «El confinamiento ha sido un auténtico apocalipsis en lo que refiere a educación. Al principio, todos pensábamos que iba a ser dos semanas, comenzamos a hacer trabajos y más trabajos. Poco a poco nos fuimos acostumbrando, y al final hemos terminado dominándolo a la perfección. Por lo demás, todo este tiempo lo he dedicado a mí mismo, a conocerme y entenderme. Un auténtico gusto.»

David Navas: «Ha habido días que se me han pasado más rápido que otros pero con el teletrabajo lo he llevado más o menos bien, ya que todos los días hago casi lo mismo. Casi no he salido a causa de esto y es una pena porque ,en Mayo, a mi abuela le dio un ictus y no pude ir a verla a causa de las medidas en los hospitales contra el coronavirus pero ahora ella ya está bien. Ahora que está situación está mucho mejor espero que ,al final, volvamos a la normalidad.»

Íñigo Álvarez de Lara: «El confinamiento ha supuesto un parón total en mí, y no habría sido peor ya que ir a clases presenciales era lo que me había animado a estudiar desde siempre, y debido al encierro, la motivación y la concentración que tenía en clase se esfumó para no volver hasta mucho después. Sin embargo, el confinamiento me ha enseñado que hay que saber hacer frente a cualquier problema que se nos presente, y sobre todo, hacer cosas que aporten a tu bienestar y orden personal, ya que esta situación ha parado el mundo y a su gente, pero siempre hay una nueva oportunidad para volver. Como dijo una vez Jorge Drexler en su canción «Movimiento»: «Lo mismo con las canciones, los pájaros, los alfabetos; si quieres que algo se muera, déjalo quieto». ¡Un saludo y mucho amor para todos!. «

Paola Ros: «Cuando una servidora empieza una cuarentena, lo que se espera es una experiencia basada en la preocupación por los seres queridos, la situación sanitaria y  el futuro escenario económico. Lejos de ello, como estudiante (e imagino que los profesores activos también), me ha preocupado más seguir con el curso que estar experimentando una pandemia mundial. Solo me queda decir, gracias sistema educativo.»

Carmen Bosqued: «Mi experiencia durante este periodo de encierro no ha sido gran cosa. Apenas he estudiado (como para hacerlo con el teletrabajo), no he hecho mucho ejercicio físico y tampoco he aprendido a hacer cosas nuevas. Sin embargo, este tiempo conmigo misma sí que me ha ayudado a pensar acerca de lo que quiero hacer y lo que quiero ser en la vida. Me ha ayudado a plantearme realmente como soy y a descubrirme a mi misma.»

Sergio Alvira: «Esta cuarentena me ha cambiado bastante, pero de manera muy lenta, eso sí. He tenido tiempo para reflexionar sobre mí y también para centrarme en mi creatividad. Me acostumbré rápido a estar asilado, y ahora incluso lo echo de menos, en muchas cosas el estar solo me ayuda, pero también me he dado cuenta de que en muchas otras es necesaria la compañía.
En cuanto a los estudios, me he dado cuenta de lo fácil que es perder el ritmo de clase, y ahora he conseguido ver lo mucho que que me dedicaba a estudiar durante el curso.»

Alejandro Gascón: «Jamás hubiera pensado que me tendría que adaptar a una situación en la que nos veríamos obligados a quedarnos en casa durante dos meses. Ha sido muy raro y duro a la vez, y echas de menos el simple hecho de no poder ver a tus amigos o ir a clase y no ver la cara de muertos de tus amigos todas las mañanas.»

Nicolae Borta: «Durante estos meses de cuarentena por culpa de Covid-19 mi vida ha sido como unas vacaciones de verano con antelación. Simplemente me he quedado en mi cuarto jugando videojuegos y viendo vídeos en YouTube o series en internet. De vez en cuando he asistido a clases y he hecho los deberes mandados, pero en gran parte me he dedicado a entretenerme para matar el tiempo. Gracias a esto, la cuarentena se me ha pasado bastante rápido y no he pasado por ningún episodio desagradable. Soy una persona introvertida, por lo tanto no me ha costado adaptarme a las condiciones, no he sentido necesidad de salir de casa tampoco. Ya que muchos años durante las vacaciones de verano puedo estar durante semanas sin quedar con amigos y simplemente pasar un buen rato solo en casa en Internet. En cuanto a la educación, creo que los profesores han sabido adaptarse de forma decente, por lo que tampoco encontré muchas dificultades o problemas. Simplemente, debido a la sensación de que el mundo se ha parado, mi mente ha entrado en una especie de estagnación, impidiéndome ser eficiente en mi trabajo de estudiante, y hacerme sentir como si el mundo estuviera parado, lo cual se puede considerar como una sensación dañina, tanto para mi estado mental como para mi eficiencia escolar.»

Lucía Ibor: «El confinamiento ha sido para mí una experiencia nueva  a todos los niveles. En los estudios, el aprendizaje autodidacta fue uno de los mayores obstáculos que encontré.  Sin embargo,  gracias a mis profesores y a una férrea planificación del estudio conseguí superarlo e incluso disfrutar de la situación hasta cierto punto. Por otra parte, fue muy duro no poder ver a mis compañeros y amigos en persona, aunque gracias al aislamiento pude conectar mejor con mi familia y conmigo misma. En el futuro puede que incluso recuerde el confinamiento con cierta nostalgia, como una experiencia nueva que me hizo salir de la rutina y evolucionar como persona.»

Laura Hernández: «Vivir el confinamiento ha sido una experiencia difícil, que se ha ido haciendo más cuesta arriba con el paso de los días. Personalmente, lo que más me ha afectado no ha sido el hecho de estar encerrada en casa, ya que soy una persona muy casera, sino el haber estado tanto tiempo rodeada de las mismas personas, sin tener ni un solo minuto de «soledad».
Por otra parte, buscando el lado positivo de la situación, el confinamiento me ha servido para pasar tiempo en familia y hacer actividades que nunca hubiera hecho si esto no hubiese ocurrido.»

Lucía Magaña:
«Estos días hemos vivido un acontecimiento nunca visto anteriormente, pues hemos tenido que permanecer encerrados en nuestras casas durante más de dos meses con el objetivo de frenar el contagio del Covid-19. En mi caso, he conseguido llevar los días de la mejor manera posible; he adelantado contenidos de carácter académico, he practicado algo de deporte, he hablado con mis amigos y familiares por videollamada, e incluso he plantado flores, perejiles y ajos. De todas formas, es imposible negar que ha habido muchos días en los que me he sentido impotente, frustrada y sin ganas de hacer nada. Sentía que no aprovechaba el tiempo, y eso es lo que menos me gusta del mundo. He de decir que, el hecho de haber vuelto de Grecia en pleno confinamiento, me ayudó mucho psicológicamente, porque el cambio no fue tan drástico para mí. Al haber convivido durante una semana con todos mis amigos en otro país (mucho menos afectado por la pandemia) llegué a España muy tranquila.»