¿VIVIRÍAS EN ESTA CASA? Por Lucía Magaña

El pasado sábado 21 de diciembre, durante nuestro viaje a Madrid con “La Voz del Élaios”, tuvimos la gran oportunidad de visitar la casa en la que estuvo viviendo y murió Lope de Vega, uno de los autores clave de la literatura española.

La Casa-Museo Lope de Vega, que se construyó hacia 1578, se encuentra en la calle Cervantes de Madrid. Lope la adquirió en 1610 por unos 9.000 reales y, tras pasar por la mano de distintos propietarios, en la actualidad pertenece a la Real Academia Española, que fue quien la convirtió en museo en 1935. Un tiempo más tarde, entre 1973 y 1975, la casa sería restaurada.

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Habitación hijas

La vivienda está dividida en varias zonas: el estudio, el estrado, el oratorio, el comedor, la cocina, y los dormitorios (el de Lope, el de los invitados, el de sus hijos, y el de las criadas que trabajaban para el escritor). Nosotros pudimos entrar en todos estos departamentos de la casa, y también pudimos pisar el jardín que se encontraba en el exterior de la vivienda, situado justo en uno de sus laterales.

La visita comenzó en el oratorio, un lugar muy importante para Lope, ya que éste fue sacerdote. El oratorio estaba compuesto por un altar y varios objetos de culto. Un dato curioso sobre este lugar es que, cuando Lope enfermó, podía seguir las misas desde su cama a través de una pequeña ventana, que conectaba su habitación con el oratorio.

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Estudio de Lope de Vega

Desde un pasillo situado a la derecha del oratorio, accedimos a su famoso estudio, en el cual escribió la mayor parte de sus obras. Podemos decir que es el espacio más importante de la casa; es una habitación grande ocupada por una estantería repleta de libros, y con varios cuadros iluminados por tres grandes ventanales. Este espacio cuenta incluso con un brasero rodeado por unas cuantas sillas. Justo al lado del estudio se hallaba el dormitorio de Lope, uno de los lugares más acogedores de la casa. Desde su cama, sorprendente por su escasa longitud, Lope seguía las misas cuando estuvo enfermo. Posiblemente se trate del lugar en el que más tiempo pasó Lope, y también es donde murió. Este lugar contaba únicamente con una cama, una alfombra, una mesilla de madera y un cuadro pequeño.

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Cocina de la casa

Al otro lado del oratorio se encontraban el resto de las habitaciones, el comedor y la cocina. Todas las habitaciones tienen la misma decoración: paredes lisas decoradas con cuadros, una cama de madera con sábanas de color verde oscuro o granate, y con una cubierta del mismo color (de la misma forma que en la foto), y una alfombra básica. Una curiosidad sobre uno de los dormitorios, concretamente el de los huéspedes, es que ésta estuvo albergando durante unos años al capitán Contreras, un caballero de la misma orden de caballería que Lope de Vega. El comedor de la casa, el lugar más luminoso, estaba formado por una gran mesa de madera rodeada por sillas.

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Jardín y huerto

Nuestra visita finalizó en el jardín de la casa, un lugar mágico en el que Lope pasaba muchas de sus mañanas (antes o después de misa) trabajando en su huerto. El pozo del jardín aporta un toque muy original al conjunto de árboles que se encuentran ahí.

Durante todo este trayecto pudimos conocer la forma en la que se vivía entre los siglos XVI y XVII, así como un poco más sobre la vida de Lope de Vega. Es un museo muy recomendable, ya que la guía te explica cosas como por qué las camas medían un metro y medio, o por qué solo había tres espejos en toda la casa (y por qué éstos se veían borrosos). Si queréis una respuesta para estas preguntas, debéis ir a verlo. No os arrepentiréis.