Autor: hgrimalt
UN 2019 DE PELÍCULA. Por Hugo Grimalt
Si buscas ser infectado por el virus del cine en lugar del coronavirus, asómate a este artículo para descubrir lo que el 2019 ha otorgado al Séptimo arte.
Antes de que devore con ansia la lectura que se encuentra oculta tras estas líneas me veo en la obligación de avisarle que la lista de contenido cinematográfico que voy a pasar a redactar, únicamente comprende a las películas, excluyendo así a cortometrajes, documentales, o series. Además se basa en una selección de las más destacadas en opinión del redactor del artículo. Por favor, si tiene alguna duda, la lectura de este documento le produce efectos secundarios, o su opinión se sitúa en las antípodas de la del redactor, y siente el impetuoso deseo de defecar sobre los difuntos familiares del mismo, o de producirle en la parte posterior del cuello una profunda contusión mediante el uso de un bate, consulte a su farmacéutico.
La primera película por comentar siguiendo un orden anárquico es “1917”, la cual es en mi opinión la mejor película de Sam Mendes, a pesar de haber realizado películas de la talla de “American beauty”, “Camino a la perdición”, o la maravillosa “Revolutionary road”, que son en mi opinión películas de una altísima calidad.
Sin embargo, en esta película Mendes se sumerge en el pasado alcanzando la época más antigua en la que ha ambientado cualquiera de sus películas, paradójicamente empleando los medios más novedosos de rodaje. La historia nos cuenta una aventura bélica que tiene como protagonistas a dos cabos, Scofield (interpretado por George Mckay) y Blake(interpretado por Dean-Charles Chapman).
La acción se sitúa en el frente francés. Supuestamente los alemanes se han retirado, y un batallón de 1600 hombres se decide a atacar, creyendo que pueden acabar con el ejército alemán; sin embargo, esto resulta ser una trampa tejida por el ejército imperial, que han cortado las comunicaciones del ejército enemigo, por lo que los protagonistas deben de atravesar el territorio que separa al batallón del grueso del ejército aliado para alcanzar al grupo de 1600 hombres (en el que se encuentra el hermano del cabo Blake) con el objetivo de avisarles del engaño y evitar su masacre.
La historia con el fin de crear mayor tensión y sensación de asfixia transcurre en un aparente plano secuencia, con un único corte marcado. Esta decisión a pesar de aparentar ser temeraria consigue perfectamente su objetivo, que consiste en sumergir al espectador en el mundo de las atrocidades de la guerra, con vacas muertas, ratas gordas, amigos que perecen en tus manos, cadáveres putrefactos, montañas de fango, ríos repletos de muertos hinchados, bombas estallando a tu vera, generales mandando a la muerte a toda una generación de jóvenes, la sensación de desesperación, el espíritu de camaradería y, en unos pocos casos, los restos de una humanidad que parece estar al borde de la desaparición.
Toda esta carga narrativa es transmitida, sin perder la gran belleza estética de la obra que en mi opinión alcanza la cima de la fotografía de todas las películas de este año, realizada por el siempre brillante Roger Dikings. También resulta reseñable la banda sonora que acompaña perfectamente a la acción, destacando en los momentos de mayor emotividad y que queda en un segundo plano en los momentos de paz. Es maravilloso el uso de el ritmo narrativo, que a pesar de ser frenético en algunas ocasiones, en otras permite respirar al espectador. Finalmente, cabe señalar la función de el equipo de arte, que ha tenido que crear auténticos pueblos en función del ritmo del guión, al mismo tiempo que trincheras (que hacen un homenaje a la célebre «Senderos de gloria»), las cuales poseen la distancia precisa para que se desarrolle la acción.
La siguiente película que me dispongo a comentar es “Joker” de Tod Philips.
Tiene como argumento el progresivo trastorno mental del protagonista, que a causa de su enfermedad y de los abusos que la sociedad ejerce sobre él, termina por asesinar y convertirse en el icono de una revolución. La película cuenta algunos de los problemas de la sociedad actual como la aporofobia, o la soledad de todos los individuos en un mundo tan comunicado, temas que a pesar de haber sido tratados en multitud de ocasiones, aquí adquieren otra dimensión, planteando una pregunta que recupera las ideas de Michel Foucoult: “¿Quiénes son realmente los locos?”
Para narrar esta historia escoge a los mejores en cada campo: en actuación al actor en estado de gracia Joaquin Phoenix, que, a pesar de ya haber realizado magníficas interpretaciones como en “The master” de Paul Thomas Anderson ”Two lovers” de James Gray o ”Gladiator” de Ridley Scott, en mi opinión realiza su mejor interpretación; también la maravillosa interpretación de Frances Conroy.
En cuanto a fotografía, la película cuenta con Lawrence Sher, que cumple un trabajo titánico, basando la imagen de la película únicamente en cuatro colores armónicos que definen a la evolución psicológica del personaje. Dichos colores son el azul(depresión), el amarillo(hogar y locura) el rojo(ira y violencia) y verde(enfermedad).
En música cuenta con la brillante banda sonora de Hildur Goanodottir.
Y por último, el maravilloso guión de Bradley Cooper y Tod Philips, que consiguen narrar al espectador la odisea de la depresión y darte un triste reflejo de nuestro mundo, además de construir un guión redondo y altamente poético, que deja al espectador sin palabras al finalizar la cinta.
Por esos motivos y muchos otros más que no he podido comentar en esta hoja es una cinta de obligado visionado y que probablemente pase a la historia del cine como una obra maestra y un clásico
La siguiente película en aparecer en este artículo es “Parasite” de Bong Joon-ho.
Su base argumental se sustenta en la historia de dos familias: una rica, despreocupada y alejada de la realidad, que victimas de un engaño, contratan los servicios de otra familia, pobre, pícara, y con una evidente búsqueda de ascenso social y económico , que se deben enfrentar a toda serie de desafíos para evitar ser descubiertos.
A partir de este concepto, el director construye un thriller en vertical, que únicamente deja respirar al espectador en el epílogo de la obra. La tensión se mantiene se mantiene como si de una obra de Hitchkock se tratase, no sin ello perder la demanda social que realiza a la sociedad surcoreana, y por extensión a las sociedades capitalistas, mostrando esa enorme desigualdad. Por ello, resulta excepcional el trabajo realizado por el director y su coguionista Jin Won Han.
La música de Jaeil Jung, a pesar de ser acertada, no resulta excepcional; sin embargo, cumple su función de acompañar a la historia. La fotografía resulta de gran calidad, por la elección de colores para representar ambos mundos, el mundo de la miseria y el de la opulencia. Cabe señalar las actuaciones de todos los actores protagonistas, puesto que si bien se encuentran todos magníficos en esta película, no podría encontrar a ninguno que destacase sobremanera del resto, por lo que da como resultado una obra coral, y bastante equilibrada. Finalmente, cabría señalar el papel de un elemento que durante esta película pasa más desapercibido; el motivo no se encuentra en la falta de su maestría, si no en el clasicismo de sus formas, me estoy refiriendo a la cámara, que a pesar de realizar planos bastante convencionales, nos muestra el trasfondo de la historia a través de pequeños detalles, por poner un ejemplo, cabría señalar que cada vez que nos muestra a la familia más adinerada, lo hace, tomando el plano desde un ángulo en el que la cámara se sitúa por debajo de los personajes, esto produce un efecto de engrandecimiento de los personajes, que son situados en un nivel superior. Mientras que cuando nos presenta a la otra familia, la cámara se sitúa a su misma altura, y en ocasiones por encima de ellos, para mostrarnos su posición inferior en la escala social.
Opino que se trata de una gran película que realiza una mezcolanza de géneros maravillosa y que da como resultado una obra que en mi opinión se convertirá en un clásico.
La siguiente película que aguarda ser comentada no es otra que «Dolor y gloria» de Pedro Almodóvar.
El argumento de la película esta basado principalmente en la biografía de su director, lo cual se traduce en una obra con un tratamiento muy personal y al mismo tiempo tremendamente comprometido de la historia que acontece. Antes de explicar el argumento de la obra, me gustaría narrar la experiencia que tuve la primera vez que fui a ver esta película. Había oído hablar en numerosas ocasiones del cine de Almodóvar;sin embargo, nunca había visto una de sus películas. Cuando fui al cine, la entrada me condujo a una sala pequeña del Palafox, en la que quedé rodeado de personas cuya edad no era inferior a los cincuenta, y superior a los ochenta y cinco. Cuando la película iba a empezar, y todavía no había visto a ninguna persona que bajase de ese rango de edad los prejuicios afloraron en mí, llegaron a mi mente toda suerte de augurios de lo que presagiaba ser una película lenta en demasía y que formaba parte de un mundo al que de alguna forma no podría sentirme conectado. Sin embargo, todas estas dudas se esfumaron con la misma rapidez con la que arde el celuloide. Lo que esa noche me encontré fue una obra que, como un espeleólogo, se adentró en los recovecos de mi alma y logró robarme del manantial de las emociones dos gotas de sal disueltas en agua, una experiencia que rara vez surge en mi. Después de terminar de ver la película, la sensación de haber finalizado un gran viaje, una odisea, me asaltó, y devoró el resto de mis pensamientos, dejándome mudo de ideas durante unos tres días. La sensación de inmersión fue tal, que me permitió sobrevivir alimentándome únicamente del recuerdo de la película.
La obra se desvela ante el público como un descenso hacia nuestro pasado, en el que el presente se refleja como la desembocadura de un río que, como en el tópico literario, muere cansado, en un mar abierto que representa la esencia de la vida, su necesario final, una vida que ha desgastado y suavizado al hombre que la recorre, que como un canto de río se moldea a partir de los continuos golpes que recibe. Por eso, esta historia es universal, por eso no se encuentra atada a ninguna época, a pesar de hablar de una, por eso te interpela como persona. Porque habla de la muerte, y a partir de esta construye una vida de recuerdos fugaces, que desaparecen en la bruma de la existencia con la misma velocidad con la que nos evaporamos. Esta película sabe captar la esencia del tiempo y de la vida de una forma poética y estética con la que simplemente podemos quedar maravillados. Nos habla de la vida de su creador a través de reflejos deformados por el tiempo, por eso Almodóvar escoge a los actores con los que ha trabajado durante toda su vida, y ahora más que nunca representan con una maestría absoluta las sombras de una vida que llega a su final. Antonio Banderas realiza con diferencia el mejor papel de toda su carrera, llegando a superar al mismísimo Joaquín Phoenix. Asier Etxeandia , Penélope Cruz, Leonardo Sbaragila y Julieta Serrano aparecen llenando la pantalla con una actuación espectacular. Los colores que aparecen en escena solo acompañan al tiempo de la historia bailando la misma música. Las canciones transportan al espectador directamente al mundo que crea el cineasta a partir de los sentidos, destacando la importancia que estos tienen en la composición de los recuerdos, y por lo tanto, del pasado.
Es por todos estos motivos por los que al llegar a mi casa comencé a ver más películas de este cineasta; no obstante, ninguna de ellas se acercaba a la belleza estética, al mensaje o a la interpretación de su última película. Por lo que considero esta película la obra maestra de este director, y la mejor película, o al menos la más bella de este año.
La siguiente película en ser comentada es “Jojo Rabit” del director Taika Waititi.
La historia resulta original y arriesgada por encima de todo, puesto que al transcurrir en la época de la Segunda Guerra Mundial, el director realiza dos elecciones que rara vez han sido transitadas en el cine, la primera de ellas es realizarla en clave de humor o fantasía infantil. Esta elección solo había sido tomada anteriormente por la película “La vida es bella” realizando así un guiño o inspirándose en esta gran película.
La segunda elección que toma el director es el bando de los protagonistas en la contienda, que es el alemán. Tengo entendido que solo en la película alemana de “El hundimiento”, los protagonistas habían sido alemanes, dentro de el gran número de películas que tratan esta época;por lo tanto, me parece un acto de valentía en mostrarnos este bando como protagonista, y enseñar al mismo tiempo las barbaries del ejército estadounidense al ocupar Alemania, todo ello sin dejar de hacer una crítica humorística hacia el nacismo.
La película nos narra la historia de amor entre una niña judía (interpretada por Thomasin McKenzie) con un niño perteneciente a las juventudes hitlerianas (interpretado por Roman Griffin Davis). Al mismo tiempo, nos cuenta la relación del protagonista con su madre (interpretada por Scarlett Johansson), que consigue junto con el mundo imaginario del niño que el espectador consiga empatizar con el protagonista.
La obra está empaquetada con un colorido que resulta distópico en una película de la segunda guerra mundial, pero que le aporta a la película una gran calidad estética. Los planos resultan originales, aunque en algunos casos se puede observar la influencia de otros directores como Wes Anderson. Los actores se encuentran perfectamente en la clave de la película que resulta muy compleja, puesto que consiste en una mezcla de elementos cómicos y satíricos con un melodrama trágico. Es por esto por lo que el espectador se encuentra a sí mismo sorprendiéndose constantemente, puesto que en ocasiones parecería una película infantil, cuando de pronto se transforma en una tragedia que pilla al espectador por sorpresa, y por lo tanto consigue atraparlo en la historia.
Es por ello por lo que me parece una gran película y una de las mejores de este director.
La siguiente película que voy a comentar es “Historia de un matrimonio”, del director Noah Baumbach, creador de obras como “Una historia de Brookyln”, “Greenberg”, ”Frances ha”, “Mistress america”, o “The Meyerowitz stories”
Este director, en mi opinión, toma como referencia a Ingmar Bergman con su famosa obra “Escenas de un matrimonio”, aunque Noah Baumbach sea mucho menos explícito en el dolor y la violencia de las escenas, y al mismo tiempo mande un mensaje más esperanzador de la condición del ser humano que Bergman. Por otro lado también podría estar influenciado por las películas de otros directores como John Cassavetes y su película “A woman under the influence”, o por Robert Benton y su famosa “Kramer vs Kramer”.
La película nos narra la historia de un divorcio, y de cómo dos personas que se quieren llegan a destrozarse la vida el uno al otro a causa de el sistema legal de los divorcios. Esta historia está inspirada en los episodios que vivió el propio director cuando se divorció de su pareja. El guión sobre el que se cimienta la película es sencillamente brutal, pero consigue ser bello, a la par que natural, y es capaz de narrarnos exactamente lo que está sucediendo, mientras nos describe con maestría la psicología de los personajes. Los actores principales que son Scarlett Johansson, Adam Driver, Laura Dern, Ray Liotta y Alan Alda están espectaculares, demostrando toda su calidad actoral en un baile interpretativo que se mueve al son del guión. A la cámara le sucede lo mismo que a la cámara en parásitos, que, pese a seguir las convenciones clásicas, destaca de sobre manera por su cualidad narrativa, que informa al espectador mediante pequeños detalles de la situación que transcurre en escena, mostrando a los personajes pequeños y distantes cuando se ven superados por las circunstancias, y grades y en el centro de la composición para mostrar su fuerza. La banda sonora acompaña perfectamente a la acción sin llegar a eclipsarla.
Es por todo esto por lo que resulta una película que conmueve sin buscar ese efecto, que nos habla de una forma sincera de las relaciones de pareja, y que mediante sus diálogos consigue que el espectador empatice rápidamente con los personajes y que ría o llore junto a ellos.
Para finalizar, he realizado una serie de menciones honoríficas de películas de este año que poseen una gran calidad, pero que no he podido comentar por el cansancio de mis dedos producido por teclear incesantemente estas palabras. Esta vez voy a abandonar el orden anárquico que había seguido en las anteriores y voy a seguir un orden jerárquico de mejores películas a peores en mi opinión:
«El faro», película que destaca por su imagen dura, estática y simétrica, las maravillosas interpretaciones de sus actores, y el texto, de una gran calidad, además de sumergir al espectador en un descenso al infierno psicológico y a la locura.
«Retrato de una mujer en llamas», una preciosa historia de amor contada a través de sutilezas, con una imagen e iluminación espectacular, y unas interpretaciones que no se quedan atrás.
«Puñales por la espalda», una película graciosa, rápida , la trama, a pesar de parecer absurda y surrealista, queda perfectamente hilada, y las actuaciones son muy divertidas.
«El irlandés», de Martin Scorsese, me parece la despedida en la gran pantalla de este director. Si bien es verdad que posee virtudes, no me parece una gran película, ni una de sus mejores obras.
«Once upon a time in Hollywood», es la décima película de Quentin Tarantino. Aunque cuente con un gran elenco de actores, una historia interesante, una buena construcción narrativa, formada por tres historias entrelazadas, gags de humor, y una multitud de homenajes a la historia del cine de los sesenta, en mi opinión la recreación excesiva del director en cada escena vuelve al ritmo narrativo soporífero, y consigue alejar al espectador de la cinta. Por ello me parece de las obras más sobrevaloradas de este 2019.
A pesar de que me he dejado multitud de películas en el tintero, me parece que esta es una buena letanía de las obras más destacadas de este 2019.