Rosa Civera, profesora de Lengua y Literatura del IES Élaios, comenta El último sol, novela de Félix Teira Cubel.
LA VUELTA AL HOGAR
En El último sol Félix Teira Cubel se enfrenta al tema de la muerte, un tema que, como él dice, planea sobre la pluma de quien ha cumplido ya los sesenta y ha visto a su alrededor familiares, amigos que han tenido esa fatal cita. Al protagonista de su novela, el famoso pintor Pablo Monfort, le diagnostican una grave enfermedad, por lo que decide pasar los últimos meses de su vida en el pueblo que lo vio nacer, un pueblo semidespoblado de esa “España vacía” de la que habla Sergio Del Molino en su libro.
El contacto de Pablo con su pueblo, con su casa natal, le hace rememorar su infancia, su juventud y así con continuos flash-backs el protagonista, en primera persona, va desgranando su vida al hilo de la cual van apareciendo el resto de los personajes: sus padres, unas buenas personas de pueblo; Ernesto, su amigo madrileño; su mujer, Martine; sus hijos, Elena y Alfonso; un médico chileno, que lo atiende hasta el final; y Ramiro, un amigo de la familia que va a ser todo un ejemplo de lealtad y fidelidad, a pesar de la respuesta huraña del pintor.
No se mantiene siempre el mismo punto de vista en la novela, pues la personalidad de Pablo la conocemos también a través de las conversaciones, contadas en tercera persona, entre Elena y el médico chileno, Carlos, que se van intercalando a lo largo del relato, narrándose una historia de amor alternativa y complementaria a la historia principal.
A pesar de que el final es bastante previsible, la novela se lee con agrado, pues el lector puede disfrutar de una prosa sencilla, pero precisa y muy variada, porque Teira maneja con maestría distintos registros idiomáticos, que van desde el coloquial -muy frecuente en los diálogos entre Elena y el chileno-, al poético en las emotivas descripciones de un paisaje bien conocido por el autor.
En definitiva, Teira, tan atento siempre a los problemas sociales -así lo demuestran títulos como La ciudad libre o La ciega.com-, en esta novela, no exenta del todo de apuntes críticos sobre la sociedad de nuestro tiempo, se centra en temas universales: el amor, la muerte, la amistad…. abordados con un tono emotivo, conmovedor, pero en modo alguno sensiblero.
FRASES QUE NOS INVITAN A LA REFLEXIÓN:
Todo se torció, a los cincuenta y nueve el destino te roba la vida. No pintaré más. Y no sé hacer otra cosa. Ahora me dejo llevar por la necedad, por la angustia que engendró las religiones. El miedo es el padre de los dioses y de los paraísos.
Leí en una ocasión una biografía de Freud, del abuelo, no del pintor. Le habían implantado una mandíbula de metal porque el cáncer le había devorado la propia. Aseguraba que los dioses te hacen insoportable la vida diaria para acertar la idea absurda de la muerte.
Para un racionalista, un creyente es una variante de la estupidez.
Regalar es un arte, porque el que regala al que quiere se hace un regalo.
Cuando se extiende el erial de las ideas, vuelve el nacionalismo, un valor seguro porque la lírica de lo propio empapa los testículos. Los sentimientos nublan la razón y reaparece la liturgia del clan.
Las expectativas de los sueños rara vez se acomodan a la realidad.
Los políticos deciden el color de las banderas, pero al mundo lo mueve el dinero.
Rosa Civera Herrero
Felix Teira, El último sol. Editorial Funanbulista, Las Rozas (Madrid) 2016.