# POR UN MUNDO SIN ACOSO Por Laura Morales

Estoy enfadada. ¿Quién no se ha sentido así en algún momento de su vida? Sin embargo, mi enfado va más allá de una pequeña disputa con mis padres, con algún conocido o simplemente conmigo misma. Este sentimiento lleva años acompañándome, no es algo que surja cada mañana al levantarme de la cama, sino cuando enciendo la televisión a las siete de la mañana para ver las noticias.

Otra más. Otra situación más de acoso de cualquier tipo. ¿La razón? Siempre hay alguien que cree superior y se ve con el derecho a infligir daño a otros. Cada día que pasa creo que no pueden surgir nuevas formas de acoso y por desgracia, siempre estoy equivocada. Estas formas surgen de la complejidad y simplicidad del ser humano, de la crueldad que posee y que ponen en manifiesto la creatividad y originalidad humana que tanto alabamos y criticamos al mismo tiempo. No todos los tipos de acoso son iguales ni la gravedad es la misma sin embargo lo que la víctima siente sí es común: miedo, inseguridad, confusión, intimidación, etc.

El acosador suele encontrarse en una posición superior, ya sea por jerarquía o simplemente porque la sociedad lo ha impuesto así, es decir, el modelo de mundo en el que vivimos sitúa a unas personas por encima de otras. Las desigualdades son fruto de criterios culturales, económicos, de género, etc. Y aumentan conforme nos adentramos en culturas y países menos desarrollados como el sistema patriarcal que coloca a la mujer por debajo del hombre simplemente por ser lo “que” es y no “quien” es.

Si existen acosadores existe acoso, que según la RAE se define como acción de acosar, y del cual se puede especificar si es escolar, sexual, laboral, moral, psicológico… tantos tipos y si nos paramos a pensar, está siempre presente en nuestra vida diaria.

Es más, vivimos en una sociedad donde la tecnología es el pan de cada día, y de la cual ha surgido un nuevo tipo de acoso. Tal vez uno de los peores, las nuevas tecnologías han abierto un nuevo abanico de posibilidades a tan solo un click. El cyberbullying se ha extendido como la pólvora, un arma en manos de aquellas personas que crean que deben hacer daño a otras para divertirse. ¿Cómo podría analizarse esta situación? Un acosador se divierte acosando. Esto es algo que la sociedad debería tener muy presente, que alguien sienta placer y entretenimiento en el sufrimiento de otros. Aunque eso no es lo peor, la cuestión es que lo estamos permitiendo. Dejamos que esto suceda, miramos hacia otro lado sin ser conscientes que podríamos ser los siguientes: tanto acosador como víctima.

Porque todos en algún momento hemos sido acosados o somos futuras víctimas. O al revés, a lo mejor todos somos potencialmente acosadores. Cada día surgen nuevos métodos para acosar y salir impune, y esto se debe a que todavía no se ve cómo debería, y es normal si uno se pone a pensarlo porque hasta hace poco era totalmente invisible.

Y es que sigue viéndose como algo normal, por ejemplo, en el ámbito escolar. Con el argumento “son cosas de niños” se debe arreglar el mundo. Desde luego que sí, porque cuando un profesor le dice a un alumno, el cual ha sido ignorado, humillado y burlado por sus compañeros, que son cosas de típicas de los niños y que está exagerando, el niño directamente asiente y vuelve a su vida “normal” donde el acoso es constante.

Y eso es solo violencia psicológica, que puede desencadenar en casos tan graves, y desgraciadamente comunes, como el suicidio del pequeño que se ha sentido incomprendido y alienado y no ve otra manera de escapar.

Muchas veces el acoso no es solo de un tipo, sino que por ejemplo el laboral puede ser al mismo tiempo sexual, cuando un jefe se cree con derecho a poseer a persona, de que sea parte de su propiedad y que debe consentirle sexualmente si quiere conservar su trabajo e integridad física.

Otro caso a mencionar, que abarca instituciones corruptas, colectivos y educación, es el acoso sexual por parte de altos y bajos cargos de la Iglesia a niños y niñas. Estas personas que no se atrevían a hablar por miedo a ser juzgadas, esto es común en todas las víctimas. Ya que se suele juzgar a la víctima, culparla de su situación de inferioridad y que ser acosado es consecuencia de sus actos lo cual podría ejemplificarse con la vestimenta. Las víctimas de acoso sexual, de violaciones siempre han sido criticadas por su forma de vestir, que era muy provocadora  y que en realidad lo estaba buscando, que ser violada y torturada es lo que quería.

Todo lo mencionado es solo la punta del iceberg, que no es muy grande, está en nuestras manos visibilizar. Denunciar ante las situaciones injustas, de acoso y velar por el bienestar común. Usar correctamente nuestras habilidades capacidades e inventos, la tecnología y las redes sociales se han convertido un arma para la lucha contra el acoso, una manera de comunicación y agrupación entre colectivos. Historias que inspiran a la gente a seguir adelante, discursos y hashtags como #MeToo, #NoesNo, #Vivasnosqueremos, #Niunamenos, #sororidad, etc.

Es el momento de reivindicar el derecho de igualdad, el avance de la sociedad depende de ello. En la sociedad actual está muy presente el progreso en todos los ámbitos como la ciencia. Está comprobado que sin discriminación, desigualdades y acoso se beneficia a toda la sociedad, pero el cambio viene de la mano de pequeñas acciones que inspiren y se extiendan por el mundo y se conviertan en una realidad del día a día. Influir en las personas para erradicar el acoso y que así y pueda dejar estar enfadada.

Como bien dice Jane Goodall, primatóloga, etóloga, antropóloga y mensajera de la paz de la ONU inglesa: Lo que tú haces marca una diferencia. Así que debes decidir qué tipo de diferencia quieres marcar en el mundo.

«EDUCACIÓN PARA PREVENIR EL ACOSO» Por Pablo Aylagas

La sociedad en la que vivimos muchas veces se ve corrompida por perversidades que, a pesar de que algunas debieran estar superadas, aún se cometen. Una de las mayores lacras que tenemos que soportar es el acoso. Cada vez que leo en los medios de comunicación un caso de acoso, en cualquiera de sus formas, lo que siento es una mezcla entre rabia y tristeza, y cada vez tengo más claro que el acoso es un mal que tenemos que combatir.

Me parece intolerable que, a día de hoy, estando en el 2019, se sigan produciendo casos de abuso sexual, bullying, o agresiones de este tipo. Entiendo que vivimos una época en la que distintos movimientos sociales están despertando y llenando las calles para luchar contra el acoso (es en parte gracias a esto que pequeñas mejoras van asomando la cabeza y que cada vez se va dando un avance mayor en este terreno). Ahora bien, cuando se trata de tan tamaña lacra, es fundamental apelar a la educación y a nuestra responsabilidad como civilización.

Como conjunto, los seres humanos necesitamos que la educación que se imparte nos enseñe a algo que considero básico: el respeto y la ética. Desde pequeños necesitamos que se nos inculque la necesidad de no juzgar a gente por sus forma de actuar o su cultura, a saber aceptar cuando alguien profesa creencias distintas a las nuestras, a respetar el espacio de las demás personas. Cada vez en la educación se está notando más el fruto que se recoge de las luchas por la igualdad, pero falta por hacer.

Como decía, el acoso se ha de combatir educando para evitarlo. Pero soy consciente de la lacra que, desgraciadamente, supone. Por ello, pienso que para combatirlo hay que hacer ver que los responsables no tienen el más mínimo apoyo. Ahí está nuestra responsabilidad: no mostrar nuestro beneplácito con estas situaciones denunciándolas y contribuyendo de la manera en que se pueda a mejorar la legislación y los usos y costumbres sociales que nos puedan llevar a estas indeseables tesituras, además de mostrar todo nuestro apoyo y ayuda a la víctima.

Por otro lado, una de los errores más comunes en los que caemos es la “romantización” del acoso. La hegemonía cultural, por desgracia, suele incurrir en este comportamiento, haciendo del acosado alguien que parece haber recibido una lección de la vida. A través del cine y los demás aparatos ideológicos de las clases dominantes, que reproducen sus intereses en estos instrumentos, se construye el mito de que el acoso va a ser algo que te haga más fuerte. Pero esto, lejos de ser así, nos aparta de nuestro deber de romper con el daño que supone el acoso. Además, se promueven las relaciones tóxicas, lo cual, de una manera u otra, contribuye a que se carezca muchas veces de la información necesaria para combatirlo, siendo determinadas situaciones vistas como algo normal, cuando en realidad se trata de circunstancias contra las que hay que luchar para contribuir al bienestar de todos nosotros.

Así pues, como conclusión diré que, aparte del papel de la educación y la hegemonía cultural (al servicio esta de los intereses de clase) en el combate al acoso, también nosotros tenemos una responsabilidad para construir todos colectivamente una sociedad mejor.

OS PARECERÁ MENTIRA, PERO EINSTEIN TUVO QUE REPETIR. ASÍ QUE, NO PIERDAS LA ESPERANZA. AUNQUE SUSPENDAS, SIEMPRE PUEDES ACABAR SIENDO UN EINSTEIN.

Encontrar una foto de Einstein en la que no parezca el típico científico loco de las películas es complicado. Seguramente haya sido su reconocido y curioso físico el que haya inspirado a los creadores de esos personajes. Sin embargo, no cabe duda que Albert Einstein es mucho más que un señor canoso con bigote y pelo largo y alborotado.

Este hombre, que tiene la nacionalidad alemana, suiza y estadounidense (debido a sus raíces judías y a los tiempos de inestabilidad política que le tocó vivir), es considerado el científico más conocido e importante del siglo XX por sus grandes aportaciones al mundo de la ciencia, que no se puede concebir sin su figura. Así que espero que este texto esté a la altura de semejante genio.

Albert Einstein nació en el seno de una familia judía en 1889, en la ciudad alemana de Ulm, al este de la Alemania actual, pero se mudó un año más tarde a Múnich, donde vivió hasta los catorce años.

Al contrario de su hermana mayor, Einstein fue un chico que no solía relacionarse con chicos de su edad y al que le interesaban las asignaturas de ciencias. No empezó a hablar hasta los tres años, por lo que, sus padres creyeron que podría tener algún desarrollo intelectual lento, aunque después ocurrió todo lo contrario.

Como excusa a su lento desarrollo Einstein citó esta célebre frase: <un adulto normal no se inquieta por los problemas que plantean el espacio y el tiempo, pues considera que todo lo que hay que saber al respecto lo conoce ya desde su primera infancia. Yo por el contrario, he tenido un desarrollo tan lento que no he empezado a plantearme preguntas sobre el espacio y el tiempo hasta que he sido mayor>.

Os parecerá mentira, pero Einstein para acceder al Instituto politécnico de Zúrich tuvo que repetir el examen al año siguiente ya que había suspendido la asignatura de letras. Se nota que lo suyo  eran solo las ciencias… Así que, no pierdas la esperanza, aunque suspendas, siempre puedes acabar siendo un Einstein.

En 1905 cuando era un joven físico, empleado de la oficina de patentes de Berna, publicó una teoría de la relatividad espacial; de esta teoría surgió la famosa ecuación de la equivalencia de la masa energía que solo entendía él y unos cuántos más. Estos descubrimientos le valieron para ser profesor de Física en la universidad de Berna, Suiza.    

Unos cuantos años después publicó una actualización de la teoría de la relatividad general en la que formulaba el concepto de gravedad, eso que nos mantiene los pies en la tierra, literalmente.  

 

Fue galardonado con el Premio Nobel de Física en 1921 gracias a unos trabajos sobre el movimiento browniano y su interpretación del efecto fotoeléctrico. Además, fue premiado con numerosas medallas y premios ¡Y no es para menos después de tanto curro!

La vida de este «crack» acabó en Estados Unidos en 1915, a la edad de 75 años, a causa de una hemorragia interna (que yo creo que fue causada por haber estado pensando durante tanto tiempo).

MI ABUELO ES UN HOMBRE SENCILLO, NOBLE Y DE POCAS PALABRAS Por María Falcó

Mi abuelo es un hombre sencillo, noble y de pocas palabras, lo que no deja de ser curioso ya que se dedicaba a la enseñanza.
Fue el cuarto de cinco hermanos. Nació y creció en un pequeño pueblo aragonés, Berdejo. Aunque hace muchos años que ya no vive allí, mi abuelo sigue yendo cada verano, cuando se llena de vida y movimiento. Tenía solo 12 años cuando lo enviaron a estudiar a Calatayud, la ciudad más cercana, por recomendación de uno de sus profesores. Pasó un año en un internado, donde sufrió las diferencias entre el pueblo y la ciudad. Afortunadamente el año siguiente pudo mudarse a Madrid, con sus tíos y primos. Allí estudió bachillerato y magisterio. Cuando tuvo la opción, empezó a trabajar mientras estudiaba. Le asignaron Ledesma, un pueblecito de Castilla y León. Tuvo que probar su valía desde el principio, porque el cura del pueblo no se lo pensaba poner nada fácil. Como no había suficientes maestros, en los pueblos como Ledesma era el cura quien llevaba la escuela, y a este no le hizo ninguna gracia perderla. De hecho, se lo dejó claro nada más llegar mi abuelo, y se marchó dejándolo con la propuesta de llevarla juntos en la boca. Pero no acabó ahí; cuando mi abuelo fue a la posada donde había de hospedarse, la patrona le pidió 25 pesetas por noche. Eso pasaba con creces las ganancias que mi abuelo iba a obtener, así que se dijo en voz alta que tendría que renunciar. Al escucharlo, la patrona se retractó y bajo el precio casi a la mitad, explicando que acababa de irse el cura tras ordenarle que le cobrara ese despropósito. Cuando mi abuelo iba a acudir a las oposiciones, debía dejar a alguien en la escuela, así que fue a preguntar al alcalde. Él le hablo de una joven que acababa de terminar sus estudios, así que fue a hablar con ella. Cuál no sería su sorpresa cuando, al proponérselo, la chica se negó en redondo argumentando que el cura le había advertido que ni se le ocurriera aceptar. Por suerte la maestra de la escuela femenina se ofreció a llevar ambas hasta el regreso de mi abuelo. Así lo hizo, pero en cuanto aprobó las oposiciones mi abuelo puso tierra de por medio. Hacía bien en no fiarse del cura, quien para colmo acabo siendo expulsado del pueblo por acosar a una chica.
Después de la puesta a prueba su primer año, vinieron otros más tranquilos donde ejerció en Ciria y Jaraba, más cercanos a su pueblo natal.
Mequinenza fue el último pueblo en el que dio clase a la parque en el que más años duró. Allí conoció a una joven que vivía con sus tíos en otro pueblo, pero que iba frecuentemente para visitar a sus padres. Una bonita amistad por carta derivó a, años más tarde, mudarse juntos de Zaragoza cuando mi abuelo aprobó las oposiciones para dar clase en la ciudad. En la capital se casaron, y tuvieron cuatro estupendos hijos.
En las mejores fotos que he encontrado aparece siempre rodeado de su familia. Su rostro, en general, es distraído o serio, sin embargo hay una que capta a la perfección su franca sonrisa, tal como la muestra cada vez que lo veo. Mi abuelo es un hombre honesto, tranquilo y de pocas palabras, y palabras son las que me faltan a mí para expresar cuánto le quiero.

EL RETRATO DE MI MADRE Por Lucía Ibor

Es muy extraño que mi madre no apareciese sonriendo en las fotos de pequeña.  Mi favorita, sin duda alguna, es una en la que ella aparece sobre un sillón de color rojo, con una  sonrisa  tan grande que ilumina la fotografía por completo.  Este gesto se convirtió en su marca de identidad y nos da grandes pistas sobre su carácter, siempre juguetón y afable.

Las demás fotos de esta época son muy variadas, pero en todas se repite el mismo patrón. Una gran sonrisa y una pose graciosa como elementos principales, sumado a una seguridad en sí misma desbordante (para lo pequeña que era) y a una felicidad envidiable. De hecho, detecto un cierto parentesco entre ella y yo.

Nacer la pequeña de cinco hermanos no debió de ser fácil, pero mi madre siempre fue una luchadora que peleaba contra las injusticias, y probablemente esa fue la razón por la que  a veces se la tachaba de rebelde.  Puede parecer una característica a rechazar, pero siempre he opinado que esa rebeldía le proporcionó la fortaleza suficiente para enfrentarse a lo que quisiera.

Ya en su juventud, mi madre empezó a salir con mi padre como novios a la edad de 18 años. Él era un amigo de mi tío, siempre cercano a la familia, y conocía a mi madre desde pequeña. Juntos han realizado innumerables viajes y han tenido experiencias suficientes para convertirse en mis modelos a seguir.

En mi opinión, la fotografía que mejor resume su relación es una que tienen enmarcada en su dormitorio. En ella mi padre abraza a mi madre desde atrás, apoyando su mentón en la cabeza de su pareja. Aparecen ambos con un gesto sereno, relajado, incluso mi madre inclina la cabeza. Eran los dos muy jóvenes y los colores son en blanco y negro, pero incluso 25 años después, sigo viendo su relación tan cuidada y fuerte como el primer día.

“PASAR DE UN COMPAÑERO DE CLASE” Por Julia Ortega

Acoso, 1.m “Acción de acosar” . Verbo  acosar, 3.tr. Apremiar de forma insistente a alguien con molestias y requerimientos. Esas son las definiciones dadas por la RAE, definiciones frías, ásperas y distantes.

 El acoso es un tema a la orden del día, que vemos a diario en noticias, series de televisión o películas pero, ¿qué es verdaderamente el acoso?. En muchas ocasiones, cuando hablamos de este acto lo vemos como algo lejano, ajeno a nosotros y a nuestros seres queridos y, sobre todo, ajeno a nuestra vida cotidiana, tanto nuestra vida social como escolar o laboral.

Esto nos lleva al famoso y conocido “bullying”, pues es el acoso que se ejerce en los centros escolares, donde los compañeros someten a un alumno a un constante  acoso físico y psicológico. Sin embargo, esto no queda aquí, pues cuando hablamos de bullying no me refiero a los típicos insultos que se puedan decir dos amigos entre sí, como cuando eras pequeño e insultabas a tu amigo por no haberte dado la pegatina que él tenía y que a ti te gustaba tanto, pero que luego hacíais las paces y continuabais vuestra amistad como si nada. Me refiero a una constante y repetida humillación sinsentido que ejerce el más “valiente” de los compañeros de clase al más “débil”. Digo valiente entre comillas porque al fin y al cabo, no deja de ser una persona cobarde que canaliza sus miedos, problemas e inseguridades de la única forma que sabe, humillando a otro compañero y haciéndole sentir inferior ….¿para qué? La respuesta es sencilla, pues es para crear en la víctima una situación de inseguridad y que llegue a sentirse inferior al resto de los compañeros, pasando a ser el acosador el “guay y duro de la clase”. Por ello, lo más importante no es la acción como tal, sino los efectos que produce entres sus víctimas.

La cosa no queda aquí, puesto que los insultos y agresiones físicas son solo un arte de todo este sambenito. El hecho de “pasar de un compañero de clase”, no querer hacer un trabajo con él, ser al único de clase al que no invitas a tu cumple o acciones tan simples como no ir en el recreo con él ni dejarle jugar a fútbol contigo, son los efectos que provoca este acoso a largo plazo, debido  a que la acción que había iniciado un niño, se va contagiando como una varicela al resto de compañeros que, seguidores del “fuerte de la clase”, se convierten en sus cómplices de forma consciente o inconsciente. En el momento que ves como acosan a un compañero y te unes a ese acoso o pasas por completo del tema, te conviertes en partícipe y pasas a tener la misma culpa que el acosador.De esta manera, la víctima se convierte en el blanco fácil de sus compañeros, pasando a colocarse la etiqueta del “marginado de la clase”,  “el feo de la clase”,  “la gorda de la clase”,…resultando ser una forma ingeniosa para hundir la autoestima y fomentar una sensación de temor de una persona completamente inocente.                                              Así, la víctima deja de tener amigos y en muchas ocasiones, pasa a no tener nadie en el que apoyarse y poder pasar este tormento, tormento que ninguna persona tiene que atravesar nunca, y mucho menos sin el apoyo de alguien.

Y mi pregunta es…¿cómo un niño es capaz de pasar por esto solo?. Fácil, no puede. Por ello, es muy importante hablar, hablar con cualquier persona sobre el tema, con el profesor, con los padres, con el jefe de estudios, con tu vecino, con tu abuela,… con quien sea. De esta forma, dejas de pasar por ello tu solo, dejas de soportar una brutal carga  innecesaria.                              

La base de todo esto se encuentra en la educación, tanto en la que recibimos en casa por parte de nuestra familia, como la que recibimos en la escuela. Es muy importante educar en la diversidad, tanto sexual como de género, cultural y étnica, y sobre todo, educar en la igualdad. Una igualdad donde nadie quede excluido, pero donde se puedan apreciar las diferencias de los demás, viéndolas como algo positivo y no como objeto de burla. De esta forma, evitamos que alguien se crea superior a alguien o que a una persona le puedas hacer pensar que es  más débil que otra. 

¿DÓNDE VAMOS, MADRID? Por Beatriz Crespán

 

Durante el 21 y 22 de Diciembre, el grupo de la Voz del Élaios dimos un recorrido por las calles de Madrid con el fin de llenarnos de nuevas experiencias, visitar los lugares más importantes pasando por la RAE y el Congreso de Diputados, apreciar el arte en el Museo del Prado, en monumentos y también en el circo, y sobretodo, aprender y disfrutar de los pequeños tesoros culturales que llega a esconder esta increíble ciudad.

ESTEREOTIPOS EN EL COLECTIVO LGTB Por María Marzo

Para nuestra clase de psicología, teníamos que contar la experiencia de alguien a quien habían afectado los estereotipos. Yo elegí al colectivo LGBT, puesto que es uno sobre los que más clichés escucho a diario, y entrevisté a unas cuantas personas. Creo que merece mucho escucharlas, tanto para aprender como para concienciarnos de que, el hecho de que no nos pase a nosotros, no significa que no haya gente que está sufriendo. Espero que lo disfrutéis.

UNIENDO LA MODA Y GOYA Por Gema Gracia y Laura Morales

UNIENDO LA MODA Y GOYA Por Gema Gracia y Laura Morales

«Black Silence»

El pasado 28 de septiembre de 2018 tuvo lugar  la II edición del concurso de diseñadores de moda organizado por la Cámara de Comercio, Industria y Servicios de Zaragoza y el Centro de Diseño Superior de Diseño de Zaragoza. Se trata de La Aguja Goyesca,  inspirada en la vida y obra del artista de donde parte la inspiración para el diseño de las diferentes colecciones de moda.

El concurso contaba con dos distintas categorías:  estudiante y profesional, en las participaban las seis colecciones finalistas en un desfile anterior, organizado en la Plaza del Pilar, por el que obtuvieron un premio de 300 por categoría.

Alexis Jimenez preparando a una modelo

En esta ocasión,  los ganadores   eran dotados con 3.000 euros, en la categoría profesional) y 1.000, en la estudiante.

El concurso estuvo abierto al público, que pudo disfrutar de los diferentes desfiles y las interpretaciones de cada artista.

En la categoría estudiante el mejor puntuado fue Alexis Jiménez con la colección Black Silence, que hace referencia las largas horas de silencio que Francisco de Goya tuvo que soportar en los últimos años de su vida.

La colección «Silenzio»

Respecto a la categoría profesional, la ganadora fue Pilar Sicilia con su colección Silenzio. Más tarde,  tuvo lugar un desfile de colecciones de marca de El Corte Inglés para la temporada de otoño 2018.

Este concurso tiene como objetivo repasar la historia y vida de Goya, además del contexto histórico en el que le tocó vivir, entre los siglos XVIII y XIX,  con la Guerra de la Independencia,  y sus problemas más personales.

El evento fue un despliegue de originalidad y creatividad, plasmada en sus colecciones y que, un año más, deja buen sabor de boca y ganas de una tercera edición.