LOCURA TRANSITORIA AL 50% Por Laura Morales

La Tierra tarda 365 días, 6 horas, 9 minutos y 9,5 segundos en dar una vuelta completa al Sol ocasión que nos gusta celebrar. Una noche para estar en la familia y amigos, despidiendo un año y recibiendo uno nuevo con los brazos abiertos en el cual ponemos todas nuestras esperanzas. Hojas de papel malgastadas en listas de propósitos y promesas. La cuestión es perder o ganar, hacer o dejar de hacer algo y por desgracia de muchos, casi siempre se consigue lo contario.  En lo más profundo de cada ser humano se sabe que no se van a cumplir. Esta voz interior que todos tenemos se ríe de nosotros en el momento en el que tomamos papel y boli (o una Tablet, si se es más moderno) para escribir los propósitos de este año nuevo. Simplemente se sabe tanto como que la tierra no es plana y que el centro del sol es el centro del Sistema Solar.

En algún momento de la historia del Homo sapiens decidió celebrar la Navidad, un tiempo de alegría y de disfrute junto a la chimenea, comiendo unos dulces.  El concepto de vacaciones ha ido sufriendo algunas modificaciones hasta ser lo que es hoy en día, un desfile de bolsas de todas formas y colores, logos y diseños. Muchas empresas brillan durante los días de mayor consumo navideño (tanto por el beneficio económico como por la excesiva decoración). Las campañas publicitarias apelan a la magia de la Navidad, los caprichos, las grandes comidas, y los tiempos en familia con un chocolate caliente en la mano, pero sin chimenea. Bolsas y bolsas llenas de regalos que a las semanas serán olvidados, o tal vez no, pero eso a las tiendas y a las grandes empresas les da igual, ya han ganado. Es por ello por lo que muchos defienden que el dinero mueve el mundo. Sin embargo, yo digo que más bien se mueve gracias a un conjunto de fuerzas y mecanismos de intrincada dificultad que la ciencia se encarga de estudiar. Por otro lado, el dinero sí mueve a las personas, se trabaja para ganar dinero y así gastarlo tanto en cosas útiles como inútiles. Pero lo importante es gastarlo. Ese es el objetivo de los miles campañas publicitarias, cada una con su pintoresco significado, que buscan convencer al futuro comprador. Lo que mejor funciona, es, sin duda, la palabra descuento.

Grandes masas de gentes ansiosas esperando en las puertas de los establecimientos, locas por un mínimo descuento en productos que en realidad no se necesitan, o en un futuro puede que sí. O eso nos hacen creer. Tradicionalmente tras la fugaz visita de sus Majestades los Reyes Magos de Oriente, comienza un periodo de consumo masivo, al igual que ocurre en verano. Porque invierno y verano son las estaciones más importantes, los grandes almacenes tienen que celebrarlo con desorbitados descuentos. La lógica con la que funciona el primer mundo es comprar para el futuro, en invierno compramos artículos de verano, y viceversa.

Grandes masas ansiosas esperando en las puertas de los establecimientos como si se tratara de vida o muerte. Locas por una mínima rebaja en productos que puedes o no necesitar, pero nos convencen de que para alcanzar la felicidad máxima debemos tenerlo todo.

Tradicionalmente tras la fugaz visita de sus Majestades los Reyes Magos de Oriente comienza otro nuevo periodo de consumo masivo, por si las Navidades no habían sido suficientes. Esto ocurre también en verano porque, obviamente, invierno y verano son las estaciones más importantes y los grandes almacenes tiene que celebrarlo con desorbitados descuentos. La lógica con la que funciona el primer mundo es comprar para el futuro; en invierno compramos artículos de verano y viceversa.

En conclusión, los descuentos mueven masas. No solo acabas comprando ese jersey tan bonito que viste tres meses atrás y que por algún milagro divino o alineación de planetas coincide ser tu talla, sino que, en el mismo establecimiento, sino que también en la misma tienda había un 3×4 en sujetadores push-up, un 10% en una raqueta de padel, por cinco euros más un kit de supervivencia en la jungla y a juego, un collar para el gato (aunque tengas una tortuga). Lo peor es que no se puede evitar. Todos pasamos por este estado de locura transitoria al menos una vez en la vida (o dos veces al año) en el cual no somos dueños de nuestros cuerpos ni de nuestra tarjeta de crédito.

 

¿SON LAS TRADICIONES ETERNAS? Por Laura Morales.

La RAE (Real Academia de la Lengua) define maltratar como la acción de tratar con crueldad, dureza y desconsideración a una persona o a un animal, o no darle los cuidados que necesita. A partir de este concepto podemos deducir y reflexionar, preguntarnos hasta qué punto sabemos cuándo alguien está siendo maltratado. En este caso me voy a centrar en los animales.

En muchos circos y espectáculos está presente el maltrato animal

Todos aquellos que tenemos mascotas somos capaces de decir cuándo nuestro amigo está triste, incómodo, hambriento… tan solo hace falta observar el lenguaje corporal. Es algo obvio que se puede percibir a simple vista, tanto si conoces al animal o no, pero es que además aquellos individuos que son capaces de hacer daño a un ser vivo e incluso crear un “arte” a partir de ello están a favor de la violencia. La violencia suele definirse como un acto intencionado dirigido a dominar, controlar o agredir a otros, que casi siempre es ejercida por las personas de mayor jerarquía, las que se sienten y tienen un mayor poder sobre otros.

«Cualquiera que esté acostumbrado a menospreciar la vida de cualquier ser viviente está en peligro de menospreciar también la vida humana», Albert Schweitzer, premio Nobel de la Paz 1952.

Si este maltrato se encuentra amparado por la ley o no, es algo en lo que no me voy a meter, sin embargo cabe destacar la inactividad de muchos partidos políticos  ante la creciente demanda social en pro de los derechos animales y cómo suele justificarse como tradición de nuestro país, cuando todos sabemos que ninguna tradición cruel sobrevive eternamente ante el progreso de una civilización.

Todo tipo de peleas entre animales ilegales es maltrato animal

Si nos basamos en la definición de maltratar, observamos la presencia de la palabra crueldad que es, sin duda alguna, el deleite de hacer sufrir y complacerse de los padecimientos ajenos. A partir de este bombardeo incesante, pero necesario, de datos e información se pueden elaborar ciertas preguntas que vosotros mismos podéis formular.

Y ahora es el turno de las tradiciones españolas que inundan la vida social de nuestro país, todas las celebraciones importantes como Navidad las hacemos en una mesa, comiendo, haciendo gala de nuestra gastronomía. La cuestión es si esto es igual siempre, y no cambia con el tiempo.

Sabemos de sobra que si algo existe o ha existido es porque sirve para algo, ¿o no? Los animales son el eslabón más débil de la cadena, los que excusan el maltrato animal bajo la tradición (porque “siempre se ha hecho así”),  es hora de que tengan en cuenta el sufrimiento que les están provocando.

Esto es MALTRATO ANIMAL

Hasta ahora he evitado usar los toros, pero es el momento. Es una tradición que se remonta a antes de la Edad Media, y yo creo que de esa época a la actual han pasado unos añitos y que las cosas han cambiado. Pues los toros, no. Muchas de las costumbres que se tenían ya están extintas y han sido reemplazas por otras nuevas, es un hecho que las sociedades evolucionan y que la tendencia mundial en general es abandonar ciertas tradiciones. Y para muchos es hora de que los toros sean prohibidos, o cualquier práctica semejante tanto corridas, como concursos de recortadores, peleas de gallos, de perros, pingüinos, tortugas… todo aquello que se traduzca en sufrimiento animal que cause placer a las personas, satisfacción de ver a un ser tan poderoso y fuerte como el toro siendo humillado y derrotado hasta el último resuello.

Porque, quien diga que ha visto a un toro sonreír en una corrida de toros, debería ir a un especialista. En la actualidad no vemos gente apoyando la esclavitud, se crean leyes en contra… ¿por qué la tortura animal debería ser diferente? Todos somos seres vivos que habitamos el mismo planeta y respiramos el mismo aire, por mucho que algunos digan lo contrario.

Se podría tratar este tema mil y una veces, diferentes argumentos y teorías que no se van a tratar aquí yo solo dispongo de un corto espacio para reivindicar que el maltrato no debe ser apoyado ni amparado por ninguna institución, en ningún ser vivo. Dejo mi humilde reflexión en este lugar, a disposición del que lo lea y se atrevaa a reflexionar acerca del tema, informarse y formarse su propia opinión.

CHUECA Y MALASAÑA O MALASAÑA Y CHUECA Por Izarbe Peña y Laura Morales

CHUECA Y MALASAÑA O MALASAÑA Y CHUECA Por Izarbe Peña y Laura Morales

Madrid es la capital de nuestro país, llena de grandes monumentos y exposiciones que admirar pero… ¿y barrios? Además de visitar la famosa Gran Vía y la Puerta del Sol también podemos dedicar el día entero a patear dos de los barrios más famosos de España reconocidos mundialmente: Chueca y Malasaña. La cultura e historia se respiran por sus calles, miles de historias que contar a tan solo unos pasos de la Gran Vía de Madrid.

Malasaña debe su nombre a Manuela Malasaña, una costurera de 17 años ,que murió enfrentándose a las tropas francesas,  durante la la represión que trajo consigo el levantamiento del 2 de mayo de 1808, que dio inicio a la Guerra de la Independencia. Además, durante esa época, en el Parque de la Artillería de Monteleón, en la Plaza del Dos de Mayo, se encontraba un foco de alzamiento y tuvo lugar una de las batallas más sangrientas.

Plaza del Dos de Mayo

Años después, Malasaña fue conocida como el barrio de la Universidad, pero con su traslado, comenzó a decaer. Hasta que, en los 80 surgió la «movida madrileña», y  convirtió esta zona en uno de los puntos más importantes de actividad nocturna gracias a  sus locales, bares, plazas y calles.

En la actualidad,  Malasaña  respira un ambiente artístico y multicultural, que cuenta con  diversos teatros; escuelas de interpretación, música y danza; esculturas a pie de calle y  un sinfín de establecimientos creativos y diferentes:  un barrio visionario, donde se mezcla lo antiguo con lo más moderno.

Ahora tocaría ir enumerando  plazas, hostales, bares y locales que visitar, pero esto no es una guía turística; eso lo puede hacer uno solito con el ordenador y conexión a internet.

Chueca debe su nombre al compositor de zarzuelas de finales del siglo XIX, Federico Chueca.

Este barrio fue, por excelencia, el lugar de encuentro clandestino de personas LGBT desde principios del siglo XX.  Mantuvo su «mala fama» durante los años de la Transición, al convertirse en una zona de prostitución, y tráfico y consumo de drogas. En los 80, se se inauguraron muchos locales enfocados al colectivo LGBT y la vida nocturna comenzó a activarse.

Hoy en día comparte con Malasaña su título de centro de la vida nocturna madrileña.

En conclusión, si buscas un lugar diferente, salirte de la típica visita a Madrid (que de todas formas en algún momento hay que hacer) o en lugar de pasar las noches descansando, salir de fiesta en un ambiente diverso, abierto y vibrante… Chueca y Malasaña son tus barrios.