WE LOVE PÉREZ-REVERTE Por Pablo Aylagas e Izarbe Peña

 

El 21 de diciembre los miembros de este periódico hicimos una visita al edificio de la RAE durante nuestro viaje a Madrid.

A la entrada de la Academia, contamos con la sorpresa de una inesperada entrevista de Telecinco a algunos de los que estábamos allí. Nos preguntaron sobre alguna de las nuevas palabras y significados que se habían introducido este año en el diccionario.  Estas fueron sororidad, maltrato (referido a animales), feminicidio (cometido por un hombre) y ecologización. Además de las ya mencionadas, hay una gran variedad de nuevas acepciones y palabras introducidas en la lengua española, entre ellas la palabra del año: microplásticos.

Pese a que Pedro Piqueras cortó nuestras intervenciones en el telediario, no seremos censurados y daremos de nuevo nuestras opiniones sobre cada una de ellas.

Respecto a «sororidad», debemos tener en cuenta primero de todo su significado: «relación de solidaridad entre las mujeres, especialmente en la lucha por su empoderamiento.» Nuestra opinión al respecto es que es una palabra hoy en día necesaria, aunque se aspira a que en un futuro no lo sea y no haya una situación de discriminación y opresión de la mujer que haga necesaria la unidad de las mujeres para conseguir su liberación, porque sea algo ya. Por desgracia, falta mucho por hacer. Sobre la inclusión de los animales no humanos dentro del concepto de «maltrato», creemos que es algo positivo ya que son también seres vivos y, como tales, tenemos que guardarles un respeto y no tolerar de ninguna manera la tortura y/o asesinato de nuestros compañeros de planeta. Aunque falta mucho por hacer en este terreno.

Para continuar,»feminicidio» es una palabra que hace referencia a los asesinatos de mujeres, ahora a manos de un hombre y a causa de machismo o misoginia. De la misma, opinamos que, aunque esto pueda suponer una  generalización respecto a las agresiones machistas, la intención es buena ya que la gran mayoría de estos sucesos se dan a  manos de un hombre y por motivos patriarcales.  Mientras mueran mujeres, la palabra es necesaria.

En relación con el término «ecologización» hemos llegado a la conclusión de que, teniendo en cuenta la época de cambio climático que estamos viviendo (ya no nieva en Soria), tenemos que contribuir al medio ambiente y es bueno que exista una palabra para referirse a ello. Aunque una simple palabra no va a solucionar las cosas por arte de magia( pongo la palabra en el diccionario y PUM! solucionado), y teniendo en cuenta se trata de una lucha común contra el sistema capitalista causante de los desastres climáticos, y no una niña sueca que se cree que tiene la llave a un mundo mejor, pero lo que tiene es el interés de la empresa privada y la UE detrás, la palabra debe constar en acta.

Se nos refirió que microplásticos era la palabra del año 2018 y hemos conocido que no figura entre las acepciones de la RAE, aunque para Fundeu BBVA lo sea. Esta palabra hace referencia a las pequeñas piezas de plástico que contaminan el medio ambiente. Teniendo en cuenta que la contaminación del mar con estos microplásticos es un problema real y serio, y que este año 2018 se ha puesto encima de la mesa, comprendemos que sea palabra del año, aunque ese este otro asunto en el que nos queda mucho camino por recorrer. (usad botellas de cristal, chicos).

CHUECA Y MALASAÑA O MALASAÑA Y CHUECA Por Izarbe Peña y Laura Morales

CHUECA Y MALASAÑA O MALASAÑA Y CHUECA Por Izarbe Peña y Laura Morales

Madrid es la capital de nuestro país, llena de grandes monumentos y exposiciones que admirar pero… ¿y barrios? Además de visitar la famosa Gran Vía y la Puerta del Sol también podemos dedicar el día entero a patear dos de los barrios más famosos de España reconocidos mundialmente: Chueca y Malasaña. La cultura e historia se respiran por sus calles, miles de historias que contar a tan solo unos pasos de la Gran Vía de Madrid.

Malasaña debe su nombre a Manuela Malasaña, una costurera de 17 años ,que murió enfrentándose a las tropas francesas,  durante la la represión que trajo consigo el levantamiento del 2 de mayo de 1808, que dio inicio a la Guerra de la Independencia. Además, durante esa época, en el Parque de la Artillería de Monteleón, en la Plaza del Dos de Mayo, se encontraba un foco de alzamiento y tuvo lugar una de las batallas más sangrientas.

Plaza del Dos de Mayo

Años después, Malasaña fue conocida como el barrio de la Universidad, pero con su traslado, comenzó a decaer. Hasta que, en los 80 surgió la «movida madrileña», y  convirtió esta zona en uno de los puntos más importantes de actividad nocturna gracias a  sus locales, bares, plazas y calles.

En la actualidad,  Malasaña  respira un ambiente artístico y multicultural, que cuenta con  diversos teatros; escuelas de interpretación, música y danza; esculturas a pie de calle y  un sinfín de establecimientos creativos y diferentes:  un barrio visionario, donde se mezcla lo antiguo con lo más moderno.

Ahora tocaría ir enumerando  plazas, hostales, bares y locales que visitar, pero esto no es una guía turística; eso lo puede hacer uno solito con el ordenador y conexión a internet.

Chueca debe su nombre al compositor de zarzuelas de finales del siglo XIX, Federico Chueca.

Este barrio fue, por excelencia, el lugar de encuentro clandestino de personas LGBT desde principios del siglo XX.  Mantuvo su «mala fama» durante los años de la Transición, al convertirse en una zona de prostitución, y tráfico y consumo de drogas. En los 80, se se inauguraron muchos locales enfocados al colectivo LGBT y la vida nocturna comenzó a activarse.

Hoy en día comparte con Malasaña su título de centro de la vida nocturna madrileña.

En conclusión, si buscas un lugar diferente, salirte de la típica visita a Madrid (que de todas formas en algún momento hay que hacer) o en lugar de pasar las noches descansando, salir de fiesta en un ambiente diverso, abierto y vibrante… Chueca y Malasaña son tus barrios.