¿ES ESPAÑA UNA DEMOCRACIA PLENA? por Jorge Gutiérrez

LAS PORTADAS DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN SE HAN LLENADO ESTOS ÚLTIMOS MESES DE LAS POLÉMICAS DECLARACIONES DEL YA EX-VICEPRESIDENTE SEGUNDO DEL GOBIERNO, PABLO IGLESIAS, EN LAS CUALES AFIRMABA QUE ESPAÑA ES UNA DEMOCRACIA MUY MEJORABLE.  ESTE HECHO HA GENERADO TAL CONTROVERSIA QUE SE HA LLEGÓ INCLUSO A PEDIR SU DESTITUCIÓN DESDE EL MANIFIESTO “LA ESPAÑA QUE REÚNE”, FIRMADO POR VARIOS EX-DIRIGENTES SOCIALISTAS.

Pese a estar en desacuerdo con muchas cosas que dice el señor Iglesias, creo que tiene bastante razón, y aunque no comparta sus motivos y piense que no sea el más indicado para dar lecciones sobre democracia, creo que es obvio que la democracia española tiene fallos que voy a exponer en las siguientes líneas.

Una de las características principales e imprescindibles de las democracia liberales como las europeas es la separación de poderes que se vulnera en España. En nuestro país, la elección de los vocales de Consejo del Poder Judicial es “a dedo” por los políticos, principalmente por los dos partidos mayoritarios. En esta legislatura incluso se está llegando a contemplar que los jueces los elijan los propios partidos del gobierno, propuesta precisamente hecha por el partido de Iglesias, quien habla de la falta de democracia. Si queremos ser una democracia plena debemos respetar la separación de poderes y defender que el poder ejecutivo deje de inmiscuirse en el poder judicial. Los jueces deben de elegir a los jueces y no los políticos. Por si fuera poco, la Fiscal General del Estado que en esta legislatura ha sido puesta a dedo por el propio presidente es una exministra de justicia. ¡Vaya tela!

Por desgracia, el Consejo del Poder Judicial no es lo único con lo que se mercadean los partidos del bipartidismo. El Consejo de Administración de RTVE también es repartido sin ningún criterio técnico ni concurso público por los políticos de los “viejos partidos”, cuando los medios de comunicación deberían ser totalmente independientes. Pese a que se ha hablado de una Ley Mordaza a los medios de comunicación (propuesta también por él mismo que habla de falta de salud democrática) y se haya subvencionado a televisiones privadas desde el gobierno, hay que oponerse a esto y respetar la independencia de los medios para avanzar hacia una democratización efectiva.

Otro aspecto que considero que debilita nuestra democracia es la ley electoral. Dicha ley favorece claramente al bipartidismo y a los partidos con el voto muy concentrado como a los nacionalistas, y por eso quizá no interesa modificarla para que sea más justa y equitativa. Esta ley implica que a algunos partidos con el voto más disperso les cueste mucho más conseguir un escaño,  por ejemplo, el 10N Pacma consiguió 225.000 votos y ningún escaño, mientras Coalición Canaria con 20.000 votos menos obtuvo 2 escaños. Una democracia debe implicar que todos los ciudadanos somos iguales y por lo tanto, un escaño tiene que valer lo mismo para todos los partidos.

En estos últimos días, coincidiendo con la campaña electoral catalana, algún partido político ha recibido agresiones, hecho que no es algo puntual ni que ha empezado a ocurrir ahora. No voy a ir al hecho de que el partido increpado ha utilizado estas agresiones con un fin electoralista, sino a la anomalía que supone que se justifique que un partido dentro de la legalidad no pueda expresar sus ideas en libertad. Esto vale para cualquier partido, no sirve pedir que se respeten tus ideas y tu libertad mientras justificas que se haga con otras formaciones. Este debate nos conduce inevitablemente hacia la propuesta de ilegalización de partidos nacionalistas que se llevó al Congreso el pasado año. Creo que proponer la ilegalización de ideas también es antidemocrático, yo soy partidario de que al nacionalismo se le derrota en las urnas y no mediante la ilegalización, esto no arregla nada, como nos ha demostrado la Historia más reciente de nuestro país. Partidos con ideologías totalitarias como la Falange o España 2000 han sido derrotados en las urnas. Incluso el PCE tras conseguir una cantidad ínfima de votos, subsiste a duras penas en IU. Quizá con el nacionalismo sea más complicado, pero es la única forma democrática de hacerlo. 

Por último, creo que un fallo en nuestra democracia es el hecho de que un partido como EH Bildu,  se blanquee y se incluya en pactos de gobierno. Como he explicado anteriormente, la solución no es la ilegalización, pero normalizar que se blanquee a partidos políticos que justifican el asesinato político y que piden la libertad para presos responsables de más de un millar de vidas, no fortalece nuestra democracia, más bien lo contrario. No todo vale en política.