“VALE, ESTÁ CLARO QUE NO PUEDO SORPRENDERME MÁS” EL VIAJE A ITALIA, 2019 Por Lucía Ibor

Para mí — una persona con claro interés por la historia del arte—  era un sueño hecho realidad  poder contemplar  las obras que tantas veces había admirado tras las hojas de un libro. Así que en cuanto se me ofreció la posibilidad de pasar unos días en la cuna del arte, no dudé ni un segundo.

El viaje fue muy cómodo y sin imprevistos. Ya en la casa, mi gran sorpresa llegó cuando conocí a Elisa, mi correspondiente italiana, y a su familia. Me di cuenta de que había predicho que el arte era lo que más me iba a cautivar, pero los Spoladore pronto se ganaron un sitio en mi corazón. Desde risas en la comida, a bromas entre nosotros. Sin duda me sentía como en casa.

Acerca de las excursiones, las ciudades elegidas —Padua, Venecia, Florencia y Verona— superaron mis expectativas con creces. Todas eran ciudades con vida, cuidadas, donde se respiraba cultura e historia. Respecto al arte, me sentía en el mismísimo cielo: los frescos conservados y restaurados con mimo, la arquitectura y diseño de las ciudades, etc.

Para mí, el último día fue especialmente duro, ya que Elisa no podría despedirme como los demás. Ella iba de excursión por primera vez a la ciudad que yo acababa de pisar con mis botas días antes: Florencia. Nuestra despedida no fue por ello menos efusiva. Por desgracia, Los días siguientes, estuvieron cargados de latosos deberes atrasados.

Pero puedo afirmar rotundamente que esta semana ha sido una de las mejores de mi vida. De hecho, he conseguido reconciliarme con viejas amistades, afianzar las que ya tenía y crear nuevos vínculos. Además, he podido disfrutar de una de mis pasiones —la historia del arte— de la mano de los mejores artistas.

¡No puedo esperar a volver a este increíble país!