LOS AYUNTAMIENTOS SON LAS INSTITUCIONES CUYOS SERVICIOS SON MÁS CERCANOS AL CIUDADANO, PERO TAMBIÉN LAS QUE MENOS PRESUPUESTO TIENEN; POR LO QUE, SI A ESO LE AÑADIMOS LA PRIVATIZACIÓN DE SERVICIOS Y LA GENEROSA COMPRA DE LUCECITAS, NOS QUEDA UN PANORAMA IDÍLICO.
En diciembre de 2019, mientras el Ayuntamiento de Zaragoza aumentaba el presupuesto destinado a las lucecitas de navidad, defendía en este mismo espacio que, mientras los recursos públicos de la ciudad estuviesen fuertemente mermados o no se paliase la difícil situación de las familias zaragozanas que viven en la pobreza, era despiadado y esperpéntico aumentar el presupuesto en lucecitas. Nada más lejos de la realidad, en 2020, en medio de una pandemia mundial que ha mermado la economía a niveles de posguerra, nos encontramos con que la corporación municipal, formada por PP y C´s y apoyada por VOX, aumentaba dicho presupuesto a los 700.000 euros.
Jorge Azcón tenía la esperanza de apoyar, con una iluminación “antidepresiva”, al pequeño comercio tan dañado por la COVID. Resulta especialmente llamativo que PP, C´s y VOX votasen el 28 de enero, en contra de la moción a los presupuestos del consistorio para este 2021 que, presentada por Zaragoza en Común, pedía que se incluyesen partidas con ayudas directas a los sectores más afectados por la pandemia; tales como la hostelería, el sector cultural, el taxi y… ¡SORPRESA! también el pequeño comercio. Sí, han leído bien, pretendemos apoyar al pequeño comercio con luces, ¿con ayudas directas para qué? Y es que los Ayuntamientos son las instituciones cuyos servicios son más cercanos al ciudadano, pero también las que menos presupuesto tienen; por lo que, si a eso le añadimos la privatización de servicios y la generosa compra de lucecitas, nos queda un panorama idílico.
No resulta sorprendente que PP-C´s-VOX dejen su marca, la de la privatización en detrimento de los servicios públicos, en especial de los servicios sociales, y la de los amiguismos; por cualquier organismo político que pasen. Un claro ejemplo es la eliminación de la partida destinada al “laboratorio de economía social” de la Universidad de Zaragoza, que se encargaba de fomentar proyectos económicos justos y solidarios. Spoiler: ahora llega el presunto amiguismo. Los nuevos presupuestos incluyen una partida de 50.000 euros destinada a la Universidad San Jorge para poner en marcha un laboratorio que, siguiendo el método SROI, analice el valor económico, social y medioambiental de los proyectos económicos. Casualmente, la Consejera de Economía, lnnovación y Empleo del Ayto. de Zaragoza, María del Carmen Herrarte (C´s), trabajó durante 6 años como directora de Marketing y Comunicación de la Universidad San Jorge. ¿Una casualidad? Claro…
A parte de este dato, que nos ayuda a entender la línea seguida por el equipo de gobierno, ¿qué ocurre con la pobreza de los hogares zaragozanos? Ebrópolis determinó su último informe que en 2018 alrededor de un 19,9% de los menores de edad de Zaragoza estaban en riesgo de exclusión. Las causas las encontramos en que un 27,7% de los hogares con menores no pueden afrontar gastos imprevistos o en que el 17,4% de ellos viven en hogares con problemas de habitabilidad (goteras, humedades, podredumbre…). Estos datos son de 2018, ¿se imaginan cómo se habrán disparado estas cifras en un año, 2020, en el que el paro en Aragón ha aumentado casi un 25%? Y frente a esto, ¿qué ha hecho el Ayuntamiento de Zaragoza? Yo les ayudo: eliminar la Oficina Municipal de Vivienda, que ahora gestiona la DGA con notables restricciones; reducir en 400.000 euros las ayudas para que personas vulnerables paguen los gastos de vivienda o impuestos municipales… Lo que sí han hecho es aumentar la financiación de las iniciativas privadas relacionadas con los servicios sociales, igual hubiera sido mejor fortalecer los servicios públicos… Todo ello, mientras los funcionarios del Ayuntamiento siguen pidiendo contrataciones para poder prestar los servicios públicos con la debida calidad.
Sospecho y temo que detrás de toda la historia de las lucecitas, se encuentre realmente un propósito de desviar la atención de los zaragozanos, para que creamos que vivimos en una utopía en la que todo va bien y no en una ciudad con una alta tasa de pobreza infantil, donde sus ciudadanos y ciudadanas no tienen vivienda o no pueden afrontar sus gastos mientras las “colas del hambre” siguen aumentando. Nos debería seguir destrozando.