¿ESPAÑOLES EN CAMPOS DE CONCENTRACIÓN? Por Irene Cortés.

El profesor Mariano Gracia nos ofreció una interesante charla sobre los deportados españoles. Seguro que muchos de vosotros nunca habríais pensado que muchos de ellos, huyendo de la represión franquista, acabaron viviendo otra condena distinta en campos de concentración como Mauthausen.

 

La Voz del Elaios- ¿ Le resulta complicado hablar de un tema tan degradante para la sociedad ?

Mariano Gracia– Sí, resulta complicado porque cuando te informas de lo que ocurrió las historias son muy duras. Sin embargo, pienso que siempre hay que ver el lado positivo. Tenemos que darnos cuenta de que, a pesar de todo, estas historias tuvieron un desenlace feliz. Hubo supervivientes que rehicieron su vida e incluso llegaron a centenarios.

LVE- Si pudiera describir con un adjetivo la situación vivida en los campos de deportados españoles, ¿cuál sería?

MG– Considero que el adjetivo más apropiado sería espeluznante, referido a aquello que nos espanta, nos asusta. Por otro lado, elegir un adjetivo siempre se queda corto de significado. Existen otros muchos rasgos, como la solidaridad o la dignidad que no recoge este término.

LVE- Usted y un grupo de alumnos hicieron hace unos años una visita a Mauthausen, ¿cómo describiría el primer contacto con los supervivientes?

MG – El primer contacto fue en el aeropuerto de Munich. Sin embargo, no pudimos  hablar con ellos hasta el segundo día ya en la visita al campo de Mauthausen.

El primer superviviente con el que hablamos fue un italiano que se acercó a nosotros y que nos nos dijó que a él le salvaron la vida los españoles. Es muy curioso que después de 65 años siguiera gurdando agradecimiento a los españoles y eso es muy lustrativo de la tarea de los españoles en el campo y de cuanto gente agradecida dejaron allí.

LVE- Podría explicarnos la impactante frase que dice:«solo saldréis de aquí por la chimenea del crematorio».

MG – Mauthausen, era un campo destinado para los que no iban a salir de allí, se trataba de una cadena  perpetua total, hasta la muerte. En un principio, la esperanza media de vida era de nueve meses porque la alimentación , el esfuerzo físico o los malos tratos de los guardianes no permitán sobrevivir durante más tiempo.

A la llegada de los trenes llenos de personas, los guardianes ya les decían: » Sólo saldréis de aquí por la chimenea del crematorio», lo que significaba que la única forma de salir del campo era ya incinerado.

LVE- ¿Podría intentar darnos un por qué acerca de los suicidios por parte de algunos de los liberados al poco tiempo de abandonar el campo?

MG-El sentimiento de culpa en algunos casos porque consideran que han hecho algo que ha podido perjudicar a otro y que han sobrevivido porque otro ha muerto. Robar simplemente una escudilla con comida te podía asegurar la supervivencia hasta el día siguiente, pero podía hacer que el que no se la comía porque se la había robado muriera, porque estaban tan estremadamente débiles que un plato de comida te podía hacer morir o vivir.

O simplemente porque recordaban a todos los amigos, conocidos y familiares que habían muerto y que la carga de la emoción les hiciera en un momento determinado suicidarse. Hubo personas que incluso se suicidaron en la primera hora.

 LVE- ¿Qué explicación puede tener prohibir la notificación de la muerte de los presos a su familiares?

MG – El hacer desaparecer a una persona y que los familiares no tengan noticia de la supervivencia de esa persona es una forma de tortura muy dura y de castigo no solamente al muerto, sino también a los familiares.

Sin embargo, esto ya había sido utilizado profusamente en España. Durante la dictadura franquista desaparecieron miles de personas, sin que nade diera ninguna explicación de su defunción. De esa manera se pone a la familia en una situación de inquietud, de no saber qué ha sido de ellos. El daño incluso puede llegar a ser económico, ya que si no existe un cadáver no se puede cobrar una pensión de viudedad. Por lo tanto, el perjuicio no solo es moral, también económico.

LVE- El gobierno alemán preguntó al español sobre la situación de sus exiliados y este último aceptó que fuesen enviados a los campos de concentración al no dar ninguna respuesta.

MG – Antes de que se organizara el convoy de Angulema, en agosto de 1940, se preguntó específicamente por los varios de miles de republicanos españoles y no se obtuvo contestación, por lo que los alemanes decidieron organizar un convoy y llevarlos al campo de Mauthausen. Este fue el primer tren lleno de de civiles de Europa occidental, e iba lleno de españoles.

LVE- ¿ De dónde procede ese gusto por la cultura que tanta gente destaca en usted?

MG– Supongo que es el carácter de cada uno. A mi me gusta mucho hablar, soy una persona muy habladora y siempre estoy contando «batallitas». Es un mezcla de curiosidad y caer en mi mano determinados libros lo que me ha hecho indagar sobre el tema en esta ocasión.

El profesor de Geografía e Historia de nuestro instituto, Mariano Gracia, por cuestiones de tiempo no pudo explicar muchas anécdotas y datos interesantes que quedaron en el tintero para la próxima ocasión. Acabamos con una fotografía de la visita que realizó con alumnos del Élaios al campo de concentración de Mauthausen.

 

 

 

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