La semana pasada, la Real Academia Sueca de las Ciencias falló los premios Nobel de Física y de Química.
En el centenario de varios hitos en el desarrollo de la Física Cuántica (Principio de Incertidumbre de Heisemberg en 1925; ecuación de Shrödinger en 1926), el Nobel de Física ha recaído en los investigadores John Clarke (EEUU), Michel H. Devoret (France), y John M. Martinis (EEUU) por observar experimentalmente el efecto túnel y la cuantización de la energía a escala macroscópica, en concreto, en un circuito eléctrico del tamaño de una mano. Los tres desarrollan actualmente su actividad investigadora en universidades estadounidenses.



El Nobel de Química ha recaído en Susumu Kitagawa (Japón) de la Universidad de Kioto, Richard Robson (Australia) de la Universidad de Melbourne y Omar M. Yaghi (Jordania) de la Universidad de California en Berkeley. Estos investigadores han creado y optimizado construcciones moleculares organometálicas que tienen grandes huecos en su interior que pueden albergar moléculas pequeñas. Ya se están desarrollando aplicaciones de estas estructuras, como por ejemplo la recolección de agua en lugares áridos, el almacenamiento de gases tóxicos como el dióxido de carbono y la catálisis.



Para más información, se recomienda consultar la web de la Fundación Nobel (en inglés).