Este año el Premio Nobel de Física está repartido. La primera mitad es para el cosmólogo Jim Peebles (Universidad de Princeton, EEUU) por su contribución a la compresión del Universo, especialmente por la predicción del fondo cósmico de microondas. La otra mitad corresponde a los astrónomos descubridores del primer exoplaneta . Se trata de Michael Mayor (Universidad de Ginebra, Suiza) y Didier Queloz (Universidad de Ginebra, Suiza y Universidad de Cambridge, Reino Unido). La Fundación Nobel pretende con este galardón compartido, resaltar como el trabajo de los galardonados, ha ayudado a responder algunas de las cuestiones fundamentales sobre nuestra existencia.
El Nobel de Química, por su parte, ha correspondido a investigadores vinculados a la creación de las baterías recargables de ion litio. Akira Yoshino (Universidad de Meijo, Japón) fabricó la primera batería comercial utilizando el cátodo de óxido metálico desarrollado por John B. Goodenough (Universidad de Texas, EEUU) y el ánodo de litio propuesto por M. Stanley Whittingham (Universidad Estatal de Nueva York, EEUU). Las baterías de ion litio supusieron un salto de gigante en el avance de los dispositivos electrónicos portátiles y ampliaron las posibilidades de las alternativas a los combustibles fósiles al utilizarse como almacenes de electricidad, en los coches eléctricos, por ejemplo. El Premio Nobel de Química resalta, por tanto, el papel de la investigación básica en el avance social y económico de la humanidad así como en la resolución de los problemas que la amenazan.
Para más información sobre ambos premios se recomienda la lectura de los dosieres divulgativos de la Real Academia Sueca de Ciencias.