Violeta Barba, Presidenta de las Cortes de Aragón, concedió una entrevista extensa y en profundidad a la redacción de La Voz del Élaios el día 13 de abril de 2018. Desde el primer momento, se mostró abierta, afable y cercana con nosotros. A la pregunta de cómo debíamos tratarla, nos insistió en el « tú ». Por eso, en la entrevista las preguntas tutean.
La Voz del Élaios (LVE) -Muchas gracias por habernos recibido y para empezar nos gustaría que nos hablaras un poco sobre tu trayectoria hasta llegar a ser presidenta de las Cortes.
Violeta Barba (VB)-Ha sido una trayectoria diferente de la del resto de presidentes de la institución hasta ahora, como evidencia mi edad, porque soy la primera mujer y la más joven. Normalmente me suelen preguntar que cuándo comencé en política, yo creo que eso depende un poco de lo que uno entienda por política. La política la entiendo como el hecho de pelear por lo que uno considera que es justo, entonces diría que empecé en la asociación de estudiantes de mi instituto, el Medina Albaida. Luego pasé a la universidad y allí estuve también participando en las asociaciones de estudiantes universitarios. A mí me pillaron las primeras aprobaciones de los planes Bolonia (el ver si entrabamos en Bolonia o no) y fue un momento movido; también los primeros clausus, el poner un límite al número de estudiantes, y por tanto aumentar la nota de corte en la carrera que yo estudiaba ,que era Derecho. Yo me licencié en el año 2010, y en el año 2011 fue el 15M, es decir, a mí me pilló recién salida de la universidad. Llevaba un año trabajando en un despacho de abogados y como otros muchos jóvenes fui a las manifestaciones; luego estuve prácticamente 24 horas , lo que me permitía el trabajo, en la plaza del Pilar, allí metida en las diferentes asambleas y participando en el grupo jurídico que se creó, igual que luego en “Democracia real ya” , que fue la plataforma que, cuando se levantaron las acampadas, continuó con las movilizaciones. Entonces yo decidí que había llegado el momento para mí de, simplemente, hacer reivindicaciones en movimientos sociales a intentar que esas reivindicaciones se convirtieran en políticas concretas. A finales de 2012 me afilié a Izquierda Unida y posteriormente, cuando surgió Podemos en el 2014, me di cuenta de que encajaba más con la forma de organización que ellos creían que tenía que corresponder a un partido político y entré a participar en Podemos. ¿Qué ocurre en este momento? pues que al ser un partido muy nuevo en el que no había gente con cargos, todo el mundo teníamos que arrimar el hombro y así pase a disputar una primarias, a entrar luego en la lista como el nº 12 para las elecciones autonómicas de 2015 y a ser diputada de la institución.
(Silencio)
Ha sido todo muy rápido…
(Risas)
.. ha sido todo muy rápido y muy diferente, hasta ahora las presidencias habrían sido como puestos a los que la gente llegaba después de una trayectoria, normalmente antes de retirarse de la vida política y en mi caso por diferentes situaciones y negociaciones, yo llego con 30 años. Eso tiene su punto negativo de falta de experiencia y de volver locos, tal vez, a los funcionarios, porque tienes más energía, pero también tiene el punto positivo de que tienes esa energía y más ideas frescas, que igual hasta ahora no has podido poner en práctica, entonces intentas hacerlas todas a la vez.
LVE -Nos hemos podido informar sobre tu visita a EEUU en el programa de Jóvenes líderes europeos y sabemos que en ese programa has estado conociendo el modelo legislativo y judicial estadounidense. Si de ti dependiera, ¿podrías incluir alguna medida de allí aquí?
VB -A mí me resultó muy interesante el programa, porque hablaba de conocer el modelo federal que tienen en EEUU, el modelo de construcción federal. Aquí tenemos un modelo autonómico que es una cosa intermedia entre el modelo centralista, en el que el Estado lo decide absolutamente todo y un modelo federal, en el cual las regiones o federaciones tienen mucha más autonomía. Este modelo lo tienen por ejemplo en Alemania o en Suiza, y me resultó muy interesante porque abrí la cuenta del debate que estamos teniendo sobre la situación catalana, sobre si reformamos o no la Constitución, o si avanzamos o no hacia dar mayores competencias a las comunidades autónomas. El fijarnos y conocer de primera mano un modelo que ya está mucho más avanzado, que ha ido más allá en materia de competencias fue muy interesante.
Si me preguntas si aquí podemos avanzar hacia un modelo federal, yo te doy mi opinión personal, y es que sí, la Constitución del 78 tiene su sentido en el momento en que se realiza, después de 40 años de dictadura, que supone un hito importantísimo de cara a la ciudadanía española. Pero ya han pasado 40 años y, por tanto, queda claro que con los problemas políticos que se está planteando ahora en el Estado, se hace necesario plantearse la necesidad de reformar la Constitución. Por eso, yo personalmente, creo que no hay nada más sano que los debates de forma clara y pautada. Sería sano para el sistema democrático español abrir un proceso constituyente que pueda acabar con acuerdo o no y que, si no acaba con acuerdo, ya tenemos lo que hay ahora, pero tal vez acabe con acuerdo mayoritario en la sociedad. Lo que yo sí que creo es que los problemas actuales, desde el punto de vista social, son graves y creo que por avanzar hacia un debate no pasaría nada.
LVE -Siguiendo con el Programa para Líderes Europeos, nos gustaría saber qué es lo que se pierde en los medios de comunicación que no se cuenta sobre Estados Unidos. Estuviste durante unas semanas y pudiste empaparte de parte de su multiculturalidad, ¿qué es lo que no se cuenta?
VB -Yo diría que lo que no se cuenta es la complejidad de la política estadounidense, la cual es por lo menos similar a la complejidad de la política española.
Aquí en España, existe la sensación de que cuando Trump gana las elecciones, a todos los americanos les encanta y que gana por goleada contra todo pronóstico, la mayoría de la ciudadanía estadounidense está encantada con él, etcétera. Esto que explican los medios de comunicación en realidad no es así, lo primero que te cuentan al llegar a Estados Unidos es que Trump no ganó las elecciones en número de votos (Hillary Clinton sacó cuatro millones de votos más, que se dice pronto).
Y cuando vas hablando con la gente de diferentes estados, cosa muy buena del programa, descubres que existe una clara separación entre las zonas costeras más pobladas estadounidenses, que son las más progresistas, y la zona del medio rural que fue donde ganó Donald Trump.
Es una sociedad tan fraccionada como cabría esperar por el hecho de tener un sistema absolutamente presidencialista, donde todo se muestra de una forma más nacionalista. Aquí el presidente te puede caer mejor o peor, pero es el gobierno en general lo que importa. En Estados Unidos es una cuestión más personal del presidente y eso es algo a lo que no estamos acostumbrados los españoles.
LVE – Hablando de movimientos sociales, últimamente el feminismo es algo que está bastante presente y quería preguntarte si a lo largo de tu carrera has sentido que se te ha tratado de manera diferente por ser mujer o si ha supuesto alguna dificultad para llegar al cargo en el que te encuentras ahora.
VB -Sí, sin ninguna duda. Pero ni siquiera ya para llegar al cargo, sino incluso hay gente que se sorprende y estoy convencida de que si se lo dijera a determinadas personas no se lo creerían. Incluso ostentando ya el cargo que ostento.
Dentro de mi partido lo cierto es que, aunque sea simplemente por el hecho de que lo formamos la generación que lo formamos y tenemos la ideología que tenemos, el problema del machismo directo lo tenemos más resuelto, no así los micromachismos. Que con esto, por ejemplo, tuvimos un problema claro, que fue que nosotros tenemos un sistema de listas cremallera (hombre-mujer hombre-mujer, y digo hombre-mujer porque lamentablemente en la cabezas de lista en las primarias suelen ganar hombres todavía). Ese sistema está pensado para favorecer a las mujeres, ya que normalmente solemos tener más dificultad de acceso a la representación pública. Pero se dio la casualidad de que en las últimas primarias para las listas autonómicas, las mujeres sacamos más votos que los hombres. ¿Qué pasó? que aplicamos el sistema cremallera y entonces los hombres nos superaron en las listas. Esto a mí no me pasó, pero, por ejemplo, la portavoz de mi grupo parlamentario, Maru Díaz, era la tercera de la lista y pasó a la cuarta, porque intercalaron a un hombre en medio para cumplir con el sistema cremallera, algo que es completamente contrario al espíritu de la norma. Eso ya lo hemos corregido, eso ya no nos va a volver a pasar, pero el primer año nos pasó. Si tienes una medida para ayudar a las mujeres, no nos perjudiques. Pero en el primer momento nuestros propios compañeros no se dieron cuenta.
En concreto, con respecto al cargo de la presidencia, yo creo que conmigo (que soy mujer y tengo 30 años y que cuando accedí al cargo tenía 28 todavía), se han dado situaciones que con un presidente de 30 años sería impensable que ocurriesen. El primer presidente de las Cortes de Aragón tenía 33 años, si no recuerdo mal, cuando accedió al puesto. Yo me niego a pensar, y de hecho es que lo que hablado con él en alguna ocasión y me ha dado la razón, que a él jamás se refirió nadie como «Arturito», y a mí me han llamado “Violetita querida”, y no me estoy refiriendo a tomarme un café con un compañero de trabajo, sino en un acto institucional: “Ay Violetita, ponte aquí”. ¿Perdón? Es que no soy yo, cuando estamos trabajando no somos nosotros, no nos conocemos: “Usted, señor presidente de lo que sea no me conoce y no está hablando conmigo, está hablando con alguien que está representando al Parlamento Aragonés”. Y de ahí pasas a otras situaciones de micromachismos como “Ay querida, tú como no tienes experiencia te voy a dar un par de consejos que te van a venir muy bien”. De esas situaciones, muchas; por supuesto, comentarios de la ropa “qué guapísima, qué bien te queda ese vestido” en un acto institucional en el que jamás le dirás a alguien lo guapo que está o lo mucho que te gusta la corbata, porque no vas a opinar sobre la ropa de los hombres, pero te sientes completamente libre de “¿has adelgazado?” o “¿has engordado?”, ¿disculpa? En un acto institucional, sí, esas situaciones se dan, lamentablemente se dan.
LVE -Siguiendo con el tema del feminismo, el 8 de marzo se produjo un gran movimiento social en toda España, en el cual las mujeres reivindicaban su papel en la sociedad. ¿Se están tomando algunas decisiones desde las Cortes en respuesta a esto?
VB –Aquí hay dos cosas diferentes: nosotros tenemos el ámbito competencial que tenemos, es decir, no tenemos las competencias que tiene el Estado en esa materia, que es donde creo que se podrían tomar las iniciativas legislativas que tuvieran una efectividad real sobre la igualdad entre hombres y mujeres, ejemplo claro como el mejorar la conciliación de la vida familiar y laboral por igual y acabar con la desigualdad laboral. Algo importante que tenemos que aprobar son los permisos iguales e intransferibles entre mujeres y hombres por maternidad y paternidad, pero en eso no tenemos competencia para hacerlo desde Las Cortes de Aragón. Eso es una competencia estatal y por ello depende del Congreso de los Diputados.
Aquí lo que sí que hemos hecho han sido declaraciones institucionales unánimes en el Parlamento para demostrar el apoyo para que se aprueben ese tipo de iniciativas, o, por ejemplo, yo hice huelga el día ocho y parte de mi grupo parlamentario también hizo huelga y otras mujeres de la institución también hicieron huelga… y así le dimos visibilidad. Yo creo que nosotros tenemos dos tareas fundamentales: una es dentro de nuestros diferentes grupos políticos, debemos empujar al gobierno de Aragón a que apruebe la ley de igualdad y a que lleve a cabo las medidas dentro de las competencias en Aragón, que ya digo son más limitadas de lo que serían si esto fuera el Congreso de los Diputados; y dos, por supuesto, empujar a nuestros grupos a que aprueben esas leyes en el Congreso. Por ejemplo, nosotros (Podemos) ya lo hemos solicitado. Pero luego, también tenemos una responsabilidad social, que consiste en dar visibilidad en la medida de lo posible.
Por ello, creo que el que haya mujeres en puestos de representación ayuda a normalizar una situación que debería ser normal, que lamentablemente no lo es, pero que lo debería ser.
Y darle la visibilidad a este tipo de actuaciones no es algo testimonial para la foto, sino que es algo que, bueno… que da ejemplo y ayuda a normalizar y a que otras mujeres, igual en sus puestos de trabajo no tengan miedo por el hecho de hacer huelga.
LVE -Nosotros venimos de un instituto público, ¿qué se está haciendo desde las Cortes por la educación pública?
VB -Pues depende del grupo parlamentario al que le preguntes. Voy a intentar ser lo más objetiva posible. Es uno de los problemas de la presidencia. O de las virtudes. El año pasado fue el año en que más se debatió sobre educación pública o privada-concertada en el Parlamento aragonés. Y era porque tocaba renovar los conciertos educativos. Existe, además, una clara diferencia en el planteamiento de varios grupos políticos. Digamos que las posiciones están bastante enfrentadas en pos de la educación pública o en pos de un modelo de concertación con la escuela privada para hacer frente a la escasez de plazas en la educación pública. Lo que se ha hecho por la educación pública ha sido aprobar iniciativas para reducir conciertos educativos. El año pasado el Gobierno de Aragón después de la negociación de presupuestos redujo los conciertos educativos en aquellas zonas de escolarización en las que las plazas de la pública no se cubren. Y luego se han aprobado algunas enmiendas y medidas de los presupuestos que aumentan las partidas educativas para la educación pública. Por ejemplo, las líneas de comedores y de cocina en los colegios públicos de educación infantil y para la mejora de las instalaciones de los colegios públicos. Cuando hablo de educación pública, hablo también de educación concertada, que parece que es una cosa diferente, pero al final no lo es, porque el presupuesto es único y es una cuestión de prioridad.
Como miembro de Podemos Aragón, pienso que hay una cuestión clara y es que con 5.300 millones de euros que tiene de presupuesto la comunidad autónoma y con un techo de gasto que se aprueba en las Cortes de Aragón hay que priorizar a qué sectores quieres dedicar el presupuesto que tienes. Nosotros opinamos que si tú tienes plazas de escolarización que no se están cubriendo, porque esos centros están siendo abandonados por la financiación mientras que los conciertos educativos se siguen manteniendo, al final lo que se hace es que el dinero se desvía hacia los colegios privados que tienen concierto público y no se financian los colegios públicos. Y eso lo vemos en barrios en los que los colegios concertados tienen un porcentaje inferior de niños inmigrantes, de familias extranjeras, que los colegios públicos. Lo vemos en los colegios públicos que no han tenido acceso a financiación para mejoras de las instalaciones desde hace años y los vemos incluso en las ratios de calidad educativa que elabora el Departamento de Educación
en determinadas zonas. Yo, personalmente, creo que la educación concertada es necesaria en tanto en cuanto falten plazas en la educación pública, pero no cuando hay plazas de sobra en la educación pública, porque además creo que resulta completamente lógico pensar que los mejores docentes están en aquellos lugares en los que se ha preparado una oposición y en los que se hace por vocación, que es en la educación pública. Por lo tanto, lo lógico es apoyar los colegios públicos, también los concertados cuando sean necesarios, pero sobre todo priorizar el avanzar hacia un modelo de educación que no es excluyente, que es inclusivo y que es para todos y todas por igual, en vez de hacia colegios privados. Fundamentalmente, porque además el modelo actual de educación concertada en un estado aconfesional como el nuestro, ha de ser un modelo que sea público y laico y en el que luego se oferten las clases de religión que se quieran, pero fuera del modelo educativo de valores que se está ofertando actualmente en la educación privada-concertada.
LVE -Quisiéramos preguntarte cuál es tu opinión sobre la valla de Ceuta y Melilla.
Yo me niego a pensar que pueda haber ningún interés superior que la dignidad o la libertad de la gente para ganarse la vida, y por lo tanto, en que haya vallas con concertinas y gente muriendo en las fronteras. A mí me parece una salvajada, y a mi partido por descontado. Pero me duele todavía más que haya quien lo vea como algo normal, porque creo que ningún interés económico, y los intereses de seguridad tampoco son reales. Los que ponen sobre la mesa que es una cuestión de seguridad nacional mienten. Actualmente vivimos en un sistema que hace que los países de la zona norte del globo terráqueo estemos explotando los recursos de todo el resto del planeta y creo que, por tanto, tenemos una responsabilidad en la situación de vida de todos aquellos congéneres nuestros.
LVE -Como integrante de Podemos, ¿Podrías explicarnos por qué no se llegó a un acuerdo con el PSOE en las últimas elecciones?
VB -Yo creo que lo ideal hubiera sido llegar a un acuerdo de primeras, sin ninguna duda. Tuvimos una oportunidad histórica.
Sin embargo, creo que no hemos sido capaces de explicar bien el por qué, y además creo que la forma de realizar la pregunta demuestra que tuvimos un problema de comunicación.No es que no apoyásemos al PSOE, sino que la investidura de Pedro Sánchez era acompañada del 80% del plan económico de Ciudadanos, y eso no lo digo yo, lo dice el propio Pedro Sánchez en la entrevista que le hizo Jordi Évole tras ser destituido como secretario general de su partido.
Creo que en política es importante quién lleva a cabo los proyectos, pero el proyecto es igual de importante. Y en ese momento, consultando a los integrantes de Podemos, no se dijo no a un gobierno del PSOE con un programa del PSOE, que a ese acuerdo se podría haber llegado, como estamos haciendo aquí, en Aragón, sino que se dijo no al programa económico de Ciudadanos, algo que confrontamos directamente. Pero sí pienso que en su momento no lo explicamos con la suficiente claridad.
LVE -Una pregunta más concreta sobre el funcionamiento de la cámara, ¿cómo es el procedimiento a la hora de cambiar el reglamento de las Cortes?
VB -Lo hemos vivido este año, porque la reforma del reglamento estaba atascada, había una ponencia legislativa que estaba atascada, y la hemos conseguido desatascar. El reglamento de las Cortes de Aragón tiene fuerza de ley, y además es el marco que obliga a todo el funcionamiento interno. Por lo tanto, lo que se buscaba era unanimidad en la aprobación del reglamento. Teníamos un reglamento desde el año 1985 con diferentes modificaciones y faltaban cuestiones importantes que ahora la ciudadanía ha venido demandando. Como toda la sección de participación, ahora ya la gente demanda cada vez más participar activamente, transparencia, claridad en determinados planteamientos, publicidad en las actuaciones… Lo que se hizo fue llevarlo a esa ponencia y negociarlo allí por parte de los grupos parlamentarios. Los grupos nuevos, Ciudadanos y Podemos, que no habían estado en la anterior legislatura, lo que hicieron fue presentar sus enmiendas, las negociaron entre los portavoces de cada grupo político y llegaron a acuerdos. Al final, conseguimos aprobarlo por unanimidad, que yo creo que es importante, porque como digo es la norma básica de funcionamiento.
LVE -Tú participaste en el 15M. ¿Cómo es la diferencia entre participar en un movimiento político a pie de calle y hacer política desde las instituciones?
Probablemente, ese sea el quid de la cuestión para asegurar que se siga manteniendo el pulso en las instituciones y que la dinámica del día a día no se acabe llevando por delante los proyectos que quieres poner en marcha. Con esto me refiero a que los movimientos sociales siempre son pulsos para tratar de conseguir el cien por cien de lo que estás pidiendo y probablemente eso sea además lo más complicado, el conseguir no reblar frente a la política institucional que te está haciendo las propuestas para convencerte y que normalmente no te va a dar el cien por cien. La política institucional es precisamente lo contrario, sobre todo en un territorio como Aragón, en el que no tenemos mayorías absolutas. Para conseguir la política institucional necesitas llegar a acuerdos, y esa es la diferencia con el movimiento social. Yo creo que el movimiento social tiene que exigir siempre el cien por cien y en política institucional tienes que acostumbrarte, por lo menos ahora, a llegar a acuerdos y a debatir, y una de las cosas que implica debatir es cambiar de opinión y ceder, porque si no es una imposición o una discusión. Pero nunca hay que separar la política institucional de los movimientos sociales. Cuanto más cerca esté la política institucional del movimiento social de base, más sencillo es acabar acertando con las políticas que pones en práctica, con que tengan una efectividad y una aplicación en las necesidades reales de la ciudadanía, que te las están reivindicando en el movimiento social.
LVE -¿Te sientas cómoda mandando en el parlamento ?
VB – (ja ja ja…) Ummm… a ver… yo soy un poco mandona. Eso me decía mi madre cuando era pequeña. Es verdad que, a veces, el parlamento puede ser como las clases en un instituto. Y eso no es lo más agradable, decir a la gente que se calle. Pero esa es una parte muy pequeña del papel de la Presidencia, aunque a veces es lo que más se ve, porque cuando se sube el tono, eso es lo que recoge la radio y la televisión. Pero, bueno, sus señorías me hacen caso. Otra cosa sería si no fuera capaz de mantener el orden…
LVE- En los acuerdos parlamentarios, ¿la presencia de la Presidencia de las Cortes es relevante ?
VB- Sí, sí que lo es, porque en muchas ocasiones es necesaria una labor de mediación entre los representantes de los grupos parlamentarios. Es necesaria la presencia de un ente neutral, que sepa discernir claramente entre la institución y su grupo político. Buscar consensos entre todas las tendencias de la cámara, aunque no sean de su ideología.
LVE -Habiéndote licenciado en Derecho y siendo abogada y especializada en derecho laboral, seguridad social y penal, teniendo además un máster en Relaciones de género, ¿qué piensas sobre que la presidenta Cifuentes haya falsificado un máster?
VB -No podía faltar la pregunta (entre risas). Me parece una absoluta vergüenza y un insulto a todas las personas que bien trabajando o bien sin trabajar, hemos tenido que hacer el esfuerzo de compaginar, de verdad, el trabajo con estudiar un máster. Y yo además estaba trabajando junto a mis compañeras de máster; muchas tuvimos que pedir una reducción de jornada, o trabajar los fines de semana para recuperar las horas, para ir de verdad al 80% de las clases que te exige el sistema actual, con firmas incluidas. Después de esto, que alguien te diga que ha recibido trato de favor, porque lo ha reconocido, y como presidenta de una comunidad autónoma, ahora que se sabe que las actas están falsificadas, le eche la culpa a la Universidad y que no asuma su parte de culpa, que es prácticamente toda, y no dimita, me parece un insulto a la ciudadanía. También os digo que desde que presenté el trabajó de fin de máster en 2014, no había vuelto a leerlo. Pero en el ordenador de mi casa tardé 35 segundos en encontrarlo…, por lo que creo que queda muy claro que es un engaño y la única posibilidad que tiene Cristina Cifuentes es dimitir, me parece un insulto lo contrario.
LVE -Otro tema de actualidad es el conflicto entre la reina Sofía y la reina Leticia en la tradicional misa del Domingo de Resurrección…
VB -Me parece una muy buena pregunta. Me da la sensación de que incardina dentro de las suposiciones habituales de que las mujeres, entre nosotras, en puestos de responsabilidad o de visibilización pública, nos llevamos mal. Ese es un planteamiento muy extendido: que las mujeres somos celosas y competitivas entre nosotras, cuando creo que tenemos una capacidad de cooperación y coordinación relevante y lo que puede ser un planteamiento puramente personal de dos personas normales y corrientes, una discusión que puede ser que tuvieran o no, le han dado una relevancia de Estado prácticamente desde el punto de vista de los programas del corazón, enfrentándolo como una discusión entre dos mujeres por su posición de autoridad. Luego es un planteamiento claramente machista. Por otro lado me parece que se está dando importancia a algo que no la tiene, cuando existen otros muchos problemas de la política y de la sociedad española, como las pensiones de las cuales se está hablando muchísimo menos. Si los programas que se dedican a hablar de esto cinco horas al día se dedicaran a hablar del nivel de vida de los pensionistas, la sociedad sería mucho mejor.
LVE -A la hora de legislar, hablar de derechos… ¿debemos comportarnos como ciudadanos de un país o ciudadanos del mundo?
VB -Para mí no hay diferencia. Salvo que me pongas algún ejemplo concreto de esta diferenciación, diría ciudadanos del mundo, porque sobre todo, en un mundo globalizado en el que todo lo que hacemos tiene consecuencias en otra parte, hay que pensar en el mejor modelo posible para la población.
LVE -Nos queríamos referir más concretamente al caso, como muchos en la historia, de naciones que se imponen sobre otras.
VB -Desde luego, más allá de los nacionalismos, que suelen ser emocionales, salvo casos como Sáhara Occidental, Palestina,… creo que todos somos seres humanos y que hay que legislar protegiendo al ser humano, independientemente de que sea español, francés o argelino.
LVE -¿Cómo convencerías a alguien de que un nacionalismo, salvo en casos de defensa, como Sáhara Occidental, está injustificado?
Yo plantearía una cosa diferente, no creo que ser nacionalista o sentirte identificado con tu nación sea algo malo. Hace tiempo me preguntaban si yo era nacionalista, y me respondía que soy internacionalista… Pienso que las fronteras están un día aquí y otro allá, y que no pasa nada, pero no creo que ser nacionalista sea malo.
Pero también pienso que el nacionalismo es peligroso cuando deja de ser una preocupación por la gente que te rodea y pasa a ser utilizado como un «arma arrojadiza» o como un elemento exclusivo y excluyente. Yo no tengo ningún problema… Con el tema del nacionalismo español, que supongo que es un poco por lo que me preguntas, yo no tengo ningún problema, al contrario, me parece bien que la gente se sienta española, aragonesa, que lleves la bandera, que te sientas orgulloso de ella, que te guste España,… siempre y cuando trabajes verdaderamente para mejorar España para toda la gente que te rodea, que vive aquí, sean o no españoles. Trabajar para conservar unos servicios públicos de calidad, que haya un sistema sanitario y educativo bien financiado, que nuestro sistema de dependencia no deje atrás a nadie, que haya pensiones aseguradas para todo el mundo, que no tengamos brecha salarial, que las mujeres no seamos discriminadas,… Pagando impuestos aquí, que al final es como se financian los sistemas públicos. Justos y progresivos, pero pagándolos aquí. Para mí eso es ser nacionalista. ¿Que eso se identifica con una bandera? Pues oye, no pasa nada.
Otra cosa es, que es lo que me sabe mal, lo que habría que decirle a esa gente, que esa bandera que llevas, no implica que yo, que soy tan española como tú y pienso diferente, sea peor que tú, o que tenga menos derecho que tú a expresar mi opinión o a estar aquí. O que otra persona que lleva aquí un año, o un día, o quince años tenga menos derechos que tú. Eso es lo que veo mal del nacionalismo, si se plantea así y no como un sentimiento que te lleva a mejorar donde vives y para toda la gente con la que vives.
LVE-Ya que hemos hablado de nacionalismos, ¿cómo vives, como Presidenta de las Cortes de Aragón, la situación de la presidencia de las Cortes en Cataluña ?
VB- La presidencia de Roger Torrent… Creo que con el tema catalán, tienen un problema político tan desarrollado que, al final, acaba salpicando a todas las instituciones y eso lleva a situaciones que son implanteables aquí o en cualquier otro parlamento autonómico, y que no son solo consecuencia de actitudes personales, sino de un conflicto político que no se ha sabido solucionar, ni ha habido interés en solucionar por ninguna de las dos partes. Obviamente, la presidencia del Parlament tiene una responsabilidad institucional jurídica clara. Yo creo que la labor de mediación de la presidencia es importante a la hora de llegar a acuerdos y conseguir un candidato o candidata viable para la Presidencia de la Generalitat. Torrent está actuando más como miembro de un partido que como presidente de un parlamento. Pero también es cierto que con parte del gobierno encarcelado o en el exilio o fugado, (depende de cómo lo quieras decir) la situación es verdaderamente compleja. Su comportamiento es irresponsable, pero es que, en ese contexto político, todos están actuando de manera irresponsable.
LVE -En cuanto a los políticos independentistas que han salido de España escapando de la justicia, ¿tú crees que exageran o que llevan razón?
Yo creo que la situación que se está dando no es la que debe darse si de verdad se quiere solucionar el problema. Mi apuesta no es por una judicialización del conflicto, es un problema político y por lo tanto la solución debe de ser política. Y mientras estén unos frente a otros, en vez de unos con otros, no vamos a llegar a un acuerdo. Lo estamos viendo en la escalada de tensión con posiciones absolutamente enfrentadas en vez de diálogo. Con lo cual yo creo que, independientemente de las declaraciones, el hecho de que se hayan marchado es entendible, porque aquí estarían en prisión. Creo que el que estén en prisión no es la situación idónea para solucionar el problema y que lo que hay que hacer es apostar por otras vías, independientemente de que se les dé el calificativo de exiliados o de fugados de la justicia. Me da igual el nombre que se les ponga, porque la situación es la misma.
LVE -Nos interesa mucho tu opinión sobre la Transición, ¿crees que se hizo de manera correcta hacia la democracia o piensas que fue simplemente una careta, un cosmético?
VB -Yo creo que se hizo lo mejor que se pudo y hablo, no por vivencia propia, sino porque hemos tenido cuarenta años de estabilidad después de cuarenta de dictadura. Se hizo lo mejor que se pudo para el momento en el que se estaba, lo cual no quiere decir que haya que mitificar la Transición española, como si eso fuese ya inamovible. Y es que creo que ciertas personas que se dedican a la política piensan que las leyes no se pueden cambiar, y eso es un error. Las leyes son acuerdos sociales y la Transición fue un acuerdo social que nos ha valido durante cuarenta años y muchas cosas nos siguen valiendo. Pero creo también que la sociedad cambia y no pasa nada porque las normas que rigen la sociedad cambien con ella.
LVE -En relación con la Transición, de la que hemos hablado, ¿qué opinas sobre la Ley de Memoria Histórica y la Ley de Memoria Democrática?
VB -Precisamente, estas dos leyes implican remover aquellas cosas que suponen apología de un movimiento violento, no inclusivo, segregador y que ha convertido nuestro país en el segundo en tener víctimas en las cunetas. Eso creo que es lo que da sentido a la ley de Memoria Democrática. Es absolutamente inconcebible que el gobierno actual no haya dedicado ni un solo euro en los presupuestos de este año a la Ley de Memoria Histórica. Esto es una de las cosas que tuvo sentido en su momento en la Transición para conseguir llegar a un acuerdo y que deja de tener sentido ahora. En este sentido, sería incorrecto decir que la dictadura franquista estuvo desvinculada de Primo de Rivera, quiero decir que los principios del movimiento joseantoniano eran la base del pensamiento franquista y del movimiento y ,por lo tanto, creo que resulta obvio que cualquier apología del fascismo en cualquiera de sus planteamientos tenga que ser removido. Cuando te ponen una calle o una estatua, no es para fastidiarte, es para recordarte y honrarte.
LVE -¿Cuál es tu opinión sobre la implantación de una tercera República en España?
Personalmente, creo que no tiene ningún sentido en pleno siglo XXI que la jefatura del Estado no la elija la ciudadanía mediante el voto, que es como elegimos los demócratas, sino que venga impuesta por línea hereditaria y de sangre. Además, considero que argumentar que se hace así para asegurar la seguridad del Estado, porque es una figura neutral y no política, implica cierta tutela hacia la ciudadanía, como si no fuera capaz de comportarse si el jefe del Estado fuese alguien con el que no todos están de acuerdo, porque no lo han votado. A la familia Real no la ha votado nadie, eso no quiere decir que todo el mundo esté de acuerdo con que exista y, sin embargo, creo que todo el mundo se comporta de forma adecuada con el jefe del Estado.
Otros países vecinos nuestros, tan democráticos como nosotros o más porque votan al jefe del Estado, demuestran que se puede tener a un presidente de la República, miembro de algún partido político y electo por la ciudadanía. Por lo tanto, creo que sería mucho más democrático tener a unos jefes del Estado votados.
LVE -¿Qué es lo que más te gusta de este cargo que ostentas desde el 2015?
VB -No soy capaz de elegir una sola cosa, pero si tuviera que hacerlo, diría que el tener contacto con gente muy diferente. Este trabajo me ofrece la posibilidad de conocer cosas muy diversas. Puedo tanto reunirme con estudiantes como con vosotros y hablar con claridad, como visitar un centro de arte y artesanía, y después reunirme con los presidentes de otros parlamentos para tratar de asuntos que nunca me habría imaginado.
Sin embargo, todo ello sería imposible si no tuviera un equipo que me echase una mano. Probablemente, lo que más me gusta sea la variedad, tener la posibilidad de acceder a conocimientos de situaciones que jamás hubiese podido vivir de primera mano, de no haber estado en un puesto como este.
LVE- Cuando termine tu mandato, ¿qué te gustaría que quedara ?
VB- Me gustaría que no se recordara como « hubo una vez una mujer que fue presidenta de la institución », sino que el papel de la mujer haya quedado normalizado, que no sea la única mujer en las fotos en muchos actos. Hay muchos proyectos de apertura de la institución que pueden quedarse en el tintero, pero me gustaría que permaneciera para siempre la realidad actual de las jornadas de puertas abiertas, como proyecto no personal, sino institucional, que tenga una continuidad.