¿CÓMO FUE HUMANAMENTE POSIBLE?…

Yad Vashem es la institución oficial israelí encargada del mantenimiento de la memoria de las víctimas de la Shoah. La delegación de la institución en España mantiene diversas exposiciones itinerantes sobre el Holocausto, especialmente destinadas a centros educativos. El IES Elaios dispondrá de la exposición titulada “¿Cómo fue humanamente posible?” durante los primeros meses de 2022, en fechas que se concretarán más adelante. Con ella se pretende explicar la génesis y el desarrollo del Holocausto, así como reflexionar acerca de la ideología que lo posibilitó. Yad Vashem ofrece, además, formación a un grupo de alumnos para que actúen como guías de la exposición para sus compañeros. Actualmente ya hay siete alumnos de 4º de ESO, 1º y 2º de bachillerato, que están recibiendo una formación exhaustiva en el tema de la exposición, a través de seis sesiones de dos horas por videoconferencia. Esperamos que la experiencia de visitar la exposición sea lo más enriquecedora posible para el alumnado que participe, tanto como espectador como en el papel de guía.

La II Guerra Mundial fue el primer conflicto de la Historia en el que las víctimas civiles superaron a las víctimas militares. Cualquier guerra es escenario de las peores atrocidades, pero las cometidas por el régimen nazi sobre civiles (un amplio espectro de personas consideradas enemigos del régimen o, simplemente, indeseables; incluidos discapacitados y pacientes psiquiátricos alemanes) y militares (prisioneros de guerra soviéticos fundamentalmente) superaron todo lo conocido en época reciente. Quienes vivieron -o conocieron al acabar la guerra- las políticas de exterminio desarrolladas por el gobierno alemán –con la colaboración de simpatizantes de unos cuantos países europeos- consideraron que se había dado un salto cualitativo en la crueldad humana. Los juristas, a propuesta de Raphael Lemkin, acuñaron el término genocidio para referirse a la firme intención de exterminar totalmente un grupo humano.

El régimen nazi se planteó el exterminio de dos grupos raciales: judíos y gitanos. Además de, como se ha dicho, cualquier individuo considerado enemigo del régimen o indeseable, lo cual englobaba a comunistas y opositores en general, homosexuales, resistentes de los países ocupados, delincuentes comunes, testigos de Jehová objetores de conciencia, e incluso varios miles de exiliados republicanos españoles. Por su elevado número y por el odio antisemita característico de la ideología nazi, el gobierno alemán dedicó un esfuerzo especial a lo que denominaron como “problema judío. La eliminación de su presencia en la sociedad alemana (incluidos los países ocupados) se produjo inicialmente a través de la emigración fuera de Alemania, previa confiscación de sus bienes.

Hornos del crematorio de Mauthausen

Ante la imposibilidad de dar salida rápidamente a millones de personas, se procedió a la creación de guetos en las ciudades con presencia judía; de hecho, la medida constituyó un primer paso hacia el exterminio, pues los suministros de alimentos eran tan escasos, que el hambre y las luchas internas por conseguir el sustento comenzaron a mermar las comunidades allí recluidas. El avance hacia el este, primero con la ocupación de Polonia y, más tarde, con la invasión de la URSS, colocó a millones de judíos dentro de las fronteras del Reich. La siguiente medida encaminada a su eliminación física fue muy simple: se enviaron a Polonia y Rusia los llamados einsatzgruppen, escuadrones de la muerte compuestos por SS y miembros de la policía secreta. Estos “grupos operativos” se dedicaron a fusilar sistemáticamente (en ocasiones recurrieron a ahorcamientos ejemplarizantes)  a judíos y gitanos de toda edad y condición, así como a los comisarios políticos comunistas. Pero el método era lento (de hecho, se empezó a utilizar como trabajadores forzosos a quienes esperaban su turno en la matanza…) y costoso: los trastornos mentales y el alcoholismo comenzaron a extenderse entre los verdugos.

La inviabilidad de hacer salir al extranjero a los millones de judíos europeos que habían quedado bajo el dominio del III Reich, y la lentitud y dificultades que planteaban los métodos de exterminio utilizados hasta entonces, hicieron que los nazis se planteasen encontrar una solución alternativa a la cuestión judía. Así, el 20 de enero de 1942 se convocó una reunión para tratar de hallar una salida a la cuestión. Se celebró a las afueras de Berlín, en la villa Wannsee (de ahí la denominación de “conferencia de Wannsee” que se le da a la reunión), y a ella asistieron diversos representantes de distintas órganos del gobierno alemán. Fue presidida por Reinhard Heydrich, responsable de seguridad del III Reich, actuando como secretario Adolf Eichmann, encargado de asuntos judíos; es decir, de su reclusión en guetos, confiscación de sus bienes, etc. Eichmann había sido el autor en 1940 de la idea de reasentar a los judíos en Madagascar, utilizando la marina británica una vez ocupada la isla; pero el plan se había frustrado al resistir los británicos el ataque alemán. Reinhard Heydrich fue asesinado por un comando checoslovaco en junio de 1942; en su honor, el exterminio de la población judía fue denominado “operación Reinhard”.

La conclusión de la reunión de Wannsee fue conocida como “solución final a la cuestión judía”. En ella se respaldaba la política ya iniciada por Heydrich de construcción de campos de exterminio para judíos y gitanos. No eran campos de trabajos forzados, como los campos de concentración ya existentes; eran simples mataderos de personas, en los que en ocasiones transcurrían solamente una o dos horas entre la llegada al campo y la ejecución de los civiles allí enviados. Aunque se asesinó a judíos en multitud de campos de concentración, los específicamente destinados al exterminio fueron siete: seis en Polonia (Auschwitz-Birkenau o Auschwitz II, Belzec, Chelmno, Majdanek, Sobibor y Treblinka) y uno en la actual Bielorrusia (Maly Trostenets). Dos tercios de los judíos europeos (en torno a 6 millones de personas) fueron ejecutados o murieron de diversas maneras bajo el régimen nazi.

 

Crematorio del campo de Gusen. Placas, recuerdos y homenajes a las víctimas del campo.

Cuando el mundo conoció la entidad de los espantosos crímenes nazis, comenzó a utilizarse el término “Holocausto” para referirse a ellos. Las comunidades judías, no obstante, prefieren referirse en la actualidad al intento de exterminio que sufrieron como la “Shoah”, que en hebreo significa “catástrofe”…